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Martirio prepara un disco en homenaje a Chavela Vargas

Pese a los nubarrones, Martirio ya lleva más de treinta años en activo, y no tira la toalla.

Martirio y Chavela Vargas | Archivo

Este lunes, 5 de agosto se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Chavela Vargas. El óbito de produjo en Cuernavaca (México). La gran cantante, nacida en Costa Rica aunque residente desde su juventud en tierras aztecas, contaba noventa y tres años. Se dio la circunstancia de que veintiséis días antes, exactamente el 10 de julio de 2012, cantó en España por última vez en su vida. Fue un memorable recital en la Residencia de Estudiantes, en Madrid, organizado entre otras personas por Laura García Lorca, quien deseaba agradecerle la grabación de un disco con poemas de su tío Federico. Acompañando a Chavela, y con un repertorio basado en versos del poeta de Fuente Vaqueros, actuaron también Miguel Poveda y Martirio. Apenas dos días después, tras sufrir un desvanecimiento, la feliz intérprete de Macorina y tantas inolvidables canciones con sabor a rancheras y boleros era internada en una clínica madrileña. Recuperada en unas pocas fechas nos dijo adiós para siempre, retornando a su México lindo y querido; a su casa de Cuernavaca, donde le sorprendió "la pelona", como ella llamaba a la muerte. Quedará en el recuerdo de muchos que adoramos su manera de interpretar, con tanto sentimiento y hondura, como si siempre le fuera la vida en ello. ¡Y vaya que así fue en ese recordado último recital! Ahora, aquella mujer arrebatadora, que bebió y vivió hasta saciarse, va a ser evocada por Martirio en su próximo disco, previsto para aparecer antes de fin de año, si no surgen problemas.


Martirio siente una auténtica devoción por Chavela Vargas, su intérprete preferida desde mucho tiempo atrás: "La que más he escuchado en mi vida". Aún no sabemos qué repertorio de Chavela ha seleccionado la onubense. Únicamente nos consta que está trabajando en este proyecto en colaboración con su hijo Raúl, que la ha acompañado a la guitarra en los últimos años y además es el productor de sus grabaciones. Es fruto del temprano matrimonio de la cantante cuando contaba diecinueve años, época en la que estudiaba Psicología. La boda truncó esos estudios de Maribel. La pareja se separó siete años más tarde. Entonces, ella tuvo que ganarse la vida como auxiliar de clínica. Fue a partir de 1982 cuando entró a formar parte del grupo Jarcha, siete años después de que se dieran a conocer con su emblemático tema Libertad sin ira.

Tras una etapa en la que se vinculó a la banda de Kiko Veneno (donde por cierto también ha estado en tiempos recientes su mentado hijo Raúl) y a Pata Negra, es cuando aflora como solista convertida en Martirio, utilizando una calculada "puesta en escena" a base de gafas oscuras y unas llamativas peinetas, de las que llegó a tener alrededor de doscientas cincuenta. Su atavío, de corte andaluz. Y sus canciones, aun rezumando sonidos copleros, reflejaban con letras satíricas muchas de las preocupaciones de las amas de casa. Su primer disco, fechado en 1986, Estoy mala, y sus temas, con títulos tan significativos como Separada sin paga. Pronto se hizo un hueco entre la progresía reinante, con sus vindicaciones feministas; también, por qué no, con su peculiar sentido del humor. Y desde luego con una voz espléndida. Lo que nunca me gustó fue que encubriera sus bonitos ojos, su bella mirada, envuelta en lentes oscuras. Sacrificaba su físico, en ese sentido, cuando aparecía en los escenarios. "Las gafas son mi carné de identidad", decía. Catorce discos ha grabado hasta 2011.

Pero en estos meses últimos tiene en el mercado la reedición de dos de ellos: Coplas de madrugá (de 1907) y Acoplados (de 2004). Son una selección de hermosas coplas de Quintero, León, Quiroga y otros grandes autores (No te mires en el río, Ojos verdes, No me quieras tanto, Tatuaje, Te lo juro yo, Me embrujaste, Yo soy esa, Torre de arena…). La acompaña al piano un maestro del jazz y el flamenco, el gaditano Chano Domínguez. Por supuesto que Martirio da un giro interpretativo a la copla, con nuevos arreglos, que a lo peor no gustan demasiado a los puristas del género. Pero ese trabajo nos parece muy meritorio, original, respetuoso con títulos ya clásicos, que no ha de ignorarse. Martirio está de gira por toda España con su espectáculo Cancionero fundamental. Actúa con un trío: el contrabajista Javier Colina, el batería y percusionista Guillermo McGill y su ya citado hijo. Que ha inventado un instrumento, "el tres cubano".

Sobre su próximo disco, que hemos anticipado, Martirio considera que en estas calendas que corren es toda una aventura, que ella ha de pagar de su bolsillo ante la inhibición de las multinacionales, en crisis hace años por las dificultades que atraviesa particularmente el sector, cuando la gente compra pocos Cds, continúa el "top manta" y quien más y quien menos echa manos de Internet. Y con respecto a sus galas, también comenta que "ahora ya apenas te contrata un empresario y tienes que actuar a taquilla, a merced de los espectadores que acudan, y encima aguantando los impuestos, el veintiuno por ciento del IVA y el diez por ciento de autores". Mas, pese a esos nubarrones, Martirio, que ya lleva más de treinta años en activo, no tira la toalla, mientras sueña con que el disco sobre su adorada Chavela Vargas vea pronto la luz. Compartimos su ilusión.

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