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Turquía cancela a Ara Malikian

Un concierto del violinista hispano-armenio en Ankara ha sido cancelado sin previo aviso debido a presiones en redes de grupos nacionalistas turcos.

Un concierto del violinista hispano-armenio en Ankara ha sido cancelado sin previo aviso debido a presiones en redes de grupos nacionalistas turcos.
El músico Ara Malikian | Pandora Producciones - Archivo

En los últimos tiempos se está viviendo una ola de cancelaciones de conciertos en Turquía, promovida casi siempre desde las redes sociales. Y su última víctima ha sido el violinista armenio Ara Malikian. El Festival Ruta de la Cultura de la Capital lo ha sacado de su cartel sin aportar ninguna explicación, aunque la razón de fondo se intuye. Durante los últimos días, un enorme grupo heterogéneo —personas de ideología dispar aunque con un marcado convencimiento nacionalista— comenzó a calentar las redes en contra del artista. La razón: haber condenado el "genocidio armenio" y haber señalado directamente a Atatürk como su responsable principal.

La postura oficial del gobierno de Ankara continúa negando las acusaciones de genocidio que los armenios les achacan. La versión turca es que las masacres ordenadas por la Sublime Puerta durante la Primera Guerra Mundial fueron el fruto de una confrontación con elementos armados apoyados por Rusia que suponían una amenaza para el imperio Otomano. Malikian es descendiente de supervivientes de las caravanas organizadas por tropas otomanas y que obligaron a caminar hasta la agonía a miles de armenios para suprimir su presencia en Anatolia.

El artista, residente en España, tenía previsto actuar en la capital turca el próximo 11 de junio. Sin embargo, su nombre fue suprimido del programa de pronto y sin ninguna explicación. Su caso parece el último fruto de un clima que ha llevado a la cancelación de otros cinco artistas. Todas ellas justificadas, en palabras de las autoridades, por motivos de "orden público". En términos generales, las cancelaciones han surgido siempre para contentar la vertiente extrema de la agitación nacionalista, que tiene en las redes sociales su principal herramienta de presión pública.

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