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'Néboa', la serie de TVE sobre el mayor miedo que hay en Galicia

Emma Suárez protagoniza un thriller policial muy bien facturado y ambientado que se estrena el miércoles en TVE.

Emma Suárez protagoniza un thriller policial muy bien facturado y ambientado que se estrena el miércoles en TVE.

Llámese lobo feroz o llámese Urco, el monstruo humano que nos propone Néboa, la nueva serie policial que TVE estrena la noche del miércoles, representa el impacto de los ritos paganos, arcanos en una Galicia rural que es campo abonado para los secretos... y el crimen.

En los primeros minutos del capítulo una joven aparece muerta en el primer día del Entroido o carnavales gallegos. La teniente Ortiz interpretada por Emma Suárez y la agente encarnada por Isabel Naveira se convertirán en las únicas fuerzas del orden capaces de parar a un criminal que parece estar reproduciendo, o continuando, una cadena de asesinatos que se repiten periódicamente desde hace cien años.

Néboa utiliza elementos familiares y sobradamente probados para atraer al espectador a una ficción que sirve también de gran carta de presentación del talento audiovisual gallego en el resto de la península. Precedentes, "haylos", como las meigas: el reciente éxito internacional de El sabor de las margaritas, un policíaco de TVG distribuido por Netflix después de que muchas cadenas nacionales dejasen pasar la oportunidad de emitirla ha creado cierto caldo de cultivo para el talento autonómico.

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Nancho Novo y Emma Suárez en Néboa | RTVE

Pocas palabras y muy básicas, y casi que mejor. Néboa funciona muy bien cuando el director Gonzalo López Gallego, curtido en la sala de edición y en múltiples aventuras de género en España y EEUU, se dedica a narrar con imágenes y composiciones evocadoras, inquietantes, los sucesos ocurridos en esta isla ficticia. El director explota a la perfección los parajes naturales del norte de Galicia pero también los interiores, que lucen oscuros, autóctonos y auténticos, en una trama atmosférica y sugerente.

El desarrollo de la intriga es quizá demasiado común aunque aún así consistente, pero son ciertas llamadas a lo arcano e incluso sobrenatural que son lo que realmente ancla al espectador al sillón. Esa atmósfera mágica, borrosa y amenazante, resulta más evocadora que un argumento convencional pero de todas formas suficiente, y que en todo momento se ve reforzada por un diseño de sonido ejemplar y una factura visual que, por recurrir también a tópicos, es de largometraje.

Porque donde Néboa se muestra algo menos impactante es en el guión, repleto de lugares comunes y personajes un tanto pasivos, resignados a desempeñar un rol que tampoco pueden desvelar todavía. En su capítulo de estreno todo responde a la arquitectura genérica de una serie de suspense criminal, con un asesinato, una investigadora y un pueblo reticente a la hora de recibir la influencia exterior. Sin embargo, resulta injusto menospreciar Néboa por solamente un capítulo: todo en ella, al fin y al cabo, está ensamblada con corrección y apenas hay algún exceso melodramático que perjudique las costuras de una ficción más que suficiente y, eso sí, preparada para mejorar en siguientes semanas.

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