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Adiós, que me voy

A veces, un actor y su personaje acaban siendo un ente indisoluble. Es el caso de Hugh Laurie con House, de Rowan Atkinson con Mr. Bean, de Jennifer Lopez con Jennifer Lopez. Pero en otras, la vida sigue y si su protagonista decide que la pequeña pantalla se le queda pequeña, o se pone pesado con el talón de final de mes, o simplemente prefiere mirar cómo crece el césped en su recién ampliada piscina, pues bye, bye, muy buenas. Esta es una pequeña recopilación de series que tuvieron que seguir al pie del cañón una vez su protagonista principal dijo adiós, que me voy.

George Clooney y Urgencias. Antes que Anatomía de Grey estuvo Urgencias, una de las series más veteranas y longevas de la televisión, y uno de los precedentes de el ansia rota por la pequeña pantalla que vendría después. Uno de sus descubrimientos fue George Clooney, alias doctor Ross, papel que le reportó mil nominaciones al Sindicato de Actores –algunas las ganó- y un Emmy. Clooney, que comenzó su carrera en El retorno de los tomates asesinos, demostró no tener un pelo de tonto. Una vez vio claro que su carrera cinematográfica estaba encarrilada –y vaya si lo estuvo-, y pese a algún regreso esporádico a la serie (aquel sorprendente capítulo de la temporada 15), decidió colgar la bata.

Charlie Sheen y Dos hombres y medio. Aunque aquí en España nos resistimos a conectar con el humor de la sitcom de Chuck Lorre, en Estados Unidos movilizaba a casi 30 millones de personas ante la televisión. En plena cresta de la ola, los enfrentamientos de Lorre con el deslenguado Sheen, de nuevo entregado a sus particulares orgías sexuales con actrices porno, cocaína y alcohol, se hicieron insostenibles. Tras la súbita muerte violenta del personaje, oséase, el despido, Sheen continuó arremetiendo contra todos y entregado a sus particulares orgías sexuales, pero ya sin horario. Ashton Kutcher, otro que no le hace ascos a ninguna mujer, vino para sustituirle. La serie se mantiene pero ha perdido 13 millones de espectadores.

Mandy Patinkin y Mentes Criminales. El actor, al que un servidor siempre recuerda en Alien Nación –me crié en los ochenta y vivo para contarlo- decidió marcharse de este violento remedo de CSI y fue sustituido por el noblote de Joe Mantegna, otro secundario cinematográfico refugiado en la tele. Incómodo con la naturaleza violenta del show, su personaje Gideon Ross fue sustituido por otro coco de la investigación criminal, el agente Rossi interpretado por Mantegna. Patinkin, conocido activista por la causa judía, ha coprotagonizado la primera temporada de Homeland, una de las sensaciones de la pasada temporada televisiva.

Michael J. Fox y Charlie Sheen en Spin City. De una gloria del cine juvenil de los ochenta a otra. De nuevo, dos estrellas cinematográficas (el primero, el entrañable protagonista de la saga Regreso al Futuro, el segundo, visto en Wall Street, Platoon o El Principiante) encontraban su manera de resurgir no en el cine, sino en la televisión. Sheen, tras postularse como un válido actor cómico en Hot Shots 1 y 2, dos cimas del cine de parodias, se presentó voluntariamente como reemplazo de Fox en el año 2000. Fox, mientras tanto, anunció su retirada de la actuación y la serie debido al agravamiento de su Parkinson, aunque posteriormente sería visto en algunos capítulos de Scrubs (también de Bill Lawrence, cocreador de Spin City).

William Petersen y CSI: Las Vegas. Si tratamos su sucedáneo, tenemos que mencionar su fuente. Las Vegas fue la artífice de la revolución del procedimental policiaco, hace ya la friolera de doce años. Producida por el cinematográfico Jerry Bruckheimer (Top Gun, La Roca), la serie creada por Anthony E. Zuikier presentaba el trabajo de investigación de una unidad forense de una forma tan estética y movida que el asunto acabó capturando a la audiencia. Su protagonista, el también cinematográfico William Petersen (Hunter, Vivir y morir en L.A) creó un nuevo modelo de Jessica Fletcher con su Gil Grissom, un entomólogo reservado y algo sordo capaz de regir una unidad de élite a golpe de ceja y frases de una línea. Y lo bien que quedan cuando justo después empieza a sonar Who are you de The Who… El personaje dejó la unidad para casarse con una de sus miembros, Sara Siddle (Jorja Fox) en la novena temporada. El episodio fue seguido por 23 millones de almas sólo en EEUU. Fue sustituido por Laurence Fishburne (temporada 10) y, después de éste, Ted Danson.

Steve Carell en The Office. Carell encarnaba a Michael Scott, el mejor jefe del mundo… en su cabeza, claro. El bueno de Michael era un pobre payaso que soñaba con hacerse cómico, conseguir unos amigos y casarse. En cuanto a dirigir la delegación de una fábrica de papel, Dunder Mifflin, en la pequeña localidad de Scranton era sólo un pasatiempo que ejercía con más pena que gloria… pero muchas risas. Finalmente, Carell, con su carrera en el cine ya encarrilada (Virgen a los 40, Crazy Stupid Love, El reportero) y una faceta dramática a la que está deseando sacar provecho, dejó la serie en su séptimo año, siendo reemplazado temporalmente por Will Ferrell, James Spader y Ed Helms, secundario habitual de la serie desde su tercer año -intepretando a otro pesado de narices- y coprotagonista de la saga Resacón en Las Vegas. La serie, que nació como un reemplazo de mitad de temporada, lleva ya ocho tandas, con una novena en proyecto, y acusando ya una notoria decadencia.

Shannen Doherty en Sensación de vivir. No una sino dos veces se ha largado Brenda Walsh de 90210. Si tal trágica marcha ha ocurrido se debe a que ha habido dos series, una la original (de 1990 a 2000), y otra la nueva versión que se programa desde 2008 y que posee Fox. En este caso, parece que la diva de Embrujadas firmó por apenas cuatro capítulos y tampoco tuvo mayor intención de continuar, aunque al parecer no dejó de poner pegas a los guiones. En el caso de la primera, mucho más sonado, fue al final de su cuarta temporada, cuando la misma Brenda Walsh que hablábamos antes decidió irse a Londres a estudiar arte dramático. La verdadera razón es que nadie aguantaba a Doherty, que fue despedida por mal comportamiento y sustituida por Thiffany Amber-Thiessen, de Salvados por la campana, que (¿ironías del destino?) interpretó a una nueva villana. A Brenda, por cierto, no se la volvió a ver en la serie, así que debió de aprobar todo en Londres. Doherty, por su parte, es toda una experta en grescas. A las tres temporadas de Embrujadas su personaje fue asesinado y ella despedida de la serie… al parecer, por tratar de perjudicar a Milano y ganar protagonismo.

Katherine Heigl y Anatomía de Grey. La rubia actriz, que ganó un Emmy en 2007 gracias a su papel, abandonó la serie por su deseo de dedicar más tiempo al cine, aunque oficialmente constó como motivos familiares. No obstante, sus críticas públicas a los guionistas –por no potenciar su papel en una serie coral- debieron influir bastante. Heigl dijo adiós en su sexta temporada tras el divorcio de su personaje en la ficción. A continuación, Heigl tuvo todo el tiempo del mundo para desarrollarse en el cine, protagonizando una serie de títulos estelares (modo ironía activado) como Noche de fin de año, La cazarrecompensas, La cruda realidad, Killers, 27 vestidos… que no obstante no han debido ir del todo mal en taquilla. Los rumores sobre su vuelta a la serie se suceden y la propia Heigl ha manifestado su interés por regresar, pero su creadora Shonda Rimes, verdadera experta en idear muertes inesperadas y regresos imposibles, no dice ni mú.

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