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Boadella, el profeta desterrado, en 'Es la Mañana de Federico'

En su obra Ubu President los niños de Jordi Pujol ya salían llevando maletines de dinero público en vez un juguetes propios de su edad.

En su obra Ubu President los niños de Jordi Pujol ya salían llevando maletines de dinero público en vez un juguetes propios de su edad.

Este jueves 5 de noviembre el dramaturgo y director de teatro Albert Boadella visitará Es la Mañana de Federico. El director del programa matinal de esRadio recordará cómo Boadella fue un profeta en su tierra y fuera de ella, cuando se le empujó a un destierro forzoso por sus críticas al nacionalismo catalán. Boadella es miembro de la Plataforma Libres e Iguales.

En la tercera y, por ahora, última versión de su obra Ubu President o los últimos días de Pompeya auguraba el delirante final del clan Pujol. La obra se puso en escena en el año 2001, es decir, 13 años antes de aquel 25 de julio de 2014, el día de la Confesión del Excelso.

El dramaturgo y director de la Compañía El Joglars estrenó Operación Ubú por encargo del Teatre Lliure el 30 de enero de 1981, a los cien días de la primera victoria electoral de Pujol. Como la vaca nacionalista seguía engordando, los sketches de la obra crecieron. En octubre de 1995, en el Teatro Municipal de Gerona, se presentó Ubú President. El protagonista, el actor Ramon Fontseré, encarnaba al presidente Pujol con tal maestría que es difícil que nadie pueda superarle, a pesar de no dar el tipo de personaje, como suele decirse, porque le dobla en altura. Había seguido a Jordi Pujol durante varios meses a cada uno de los actos institucionales infiltrado como parte del séquito de asesores y periodistas. Método Stanislavsky. Tenía asumidos todos los tics. El resultado fue una sátira política, una parodia delirante de la megalomanía del dirigente catalán, directa al grano… el de los Pujol.

La ultima versión, la de 2001 tiene escenas impagables. Por ejemplo aquella en la que los hijos del president llegan a la Generalidad-Casa-Pirámide de audiencias de la familia con maletines rebosantes de fajos billetes. Los recipientes estallan y el dinero se esparce por el suelo. Los niños se tiran como si les llovieran caramelos en la Cabalgada de Reyes. Les aconseja el padre: "Escuchad, no os peleéis por el dinero que hay cosas más importantes en la vida. O aquella en la que acude un reportero de la televisión pública catalana a hacer una entrevista y Pujol, siempre vestido con un pijama, le espeta. "¡Nos costáis mucho dinero… Pero vale la pena!". Le responde el reportero: "A su servicio". Y Pujol: "¿Usted es de los nuestros, sí o no? El periodista: "Tengo carnet y todo".

Otro de los personajes inolvidables en la ficción es el que representa a Marta Ferrusola, la esposa y madre de los negocios familiares. Su lema: "Barcelona es bona, si la bolsa sona".

Albert Boadella, que desde hace años vive en Madrid y dirige los Teatros del Canal, decía a Libertad Digital que Jordi Pujol "se cree por encima del bien y del mal. Como el payaso de Mussolini, sin querer insultar a los pobres payasos que son unas cosas geniales". Para payasadas, la inolvidable parodia de la conocida película El gran dictador de Charles Chaplin. Momento cumbre de la obra en la que la Confederación de empresarios de gomas y látex catalanes regala una bola del mundo al president con las embajadas destacadas porque "en Cataluña nunca se pone el sol" y Pujol juega con ella. La lanza al aire, le vuelve, la lanza, le vuelve... El mundo era suyo.

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