El contratenor francés Philippe Jaroussky, considerado uno de los mejores del mundo gracias a una carrera intachable y llena de éxitos, lleva unas semanas en Madrid interpretando la ópera Only the sound remains, obra escrita por la finlandesa Kaija Saariaho, que la compuso especialmente para él. Este hecho ha supuesto un hito en la historia de la música, es la primera vez que sucede. Sin lugar a dudas, es una de las compositoras más reconocidas del panorama actual, en su haber cuenta con una buena serie de premios internacionales. Es la primera ópera contemporánea que interpreta y, como el propio Jaroussky reconoce, esta obra pasará a ser una de las obras más importantes de su vida.
PREGUNTA. ¿Su voz se puede decir que es heredada de los ya extinguidos Castratis?
RESPUESTA: Mi voz es muy peculiar, no me veo con más de 60 años cantando, no soy un tenor como Plácido Domingo, que pese a su edad sigue estando en los escenarios. Pienso que la carrera de un contratenor es mucho más corta.
P. ¿España es un país al que le gusta venir a trabajar?
R. He venido en diferentes ocasiones y siempre me ha gustado mucho. Hace 18 años, si mal no recuerdo, viene por primera vez a cantar a El Escorial, después he estado en el Teatro Real de Madrid y estoy muy satisfecho de cómo ha ido todo. Dentro de poco voy a debutar en La Scala de Milán. Aunque parezca mentira, va a ser la primera vez que voy a pisar su escenario y espero que no sea la última.
P. Hace unos días se le vio en el Auditorio de Madrid viendo la representación que hizo Cecilia Bartoli de La Cerentola de Rossini.
R. Efectivamente, fue con Cecilia. Me une una gran amistad, es una persona que en escena se acopla muy bien, es una grande, y tenemos un proyecto juntos. Se trata de una gira por diferentes países, pero todavía quedan mucho matices por cerrar. Sería fantástico que ese proyecto viera la luz, representaríamos piezas de Händel. Tenemos una magnífica relación, he cantado duetos con ella. Trabajar al lado de Cecilia es como un sueño. Yo la seguía desde que era muy jovencito. Cantar con ella es muy fácil, es muy expresiva, pero hay que estar al máximo de tus posibilidades. Tiene la gran virtud de escucharte y amoldarse.
P. Su repertorio es amplio.
R. Sobre todo barroco y coloratura, Monteverdi, algo de Mozart y el repertorio de las melodías francesas. La música contemporánea, para un contratenor, es de las cosas más lógicas. La voz del contratenor aparece después de la segunda guerra mundial
P. ¿Tiene un calendario muy repleto se trabajó?
R. Afortunadamente sí. He estado en Francia representado Orfeo y Eurídice en la ópera de Versalles y en el teatro de Los campos Elíseos, y, como le he dicho antes, tengo una gran ilusión por mi debut en la Scala de Milán. Allí voy a representar a Julio Cesar en el papel de Sesto Pompeo y el próximo junio iré a Salzburgo a representar Alcina y haré el papel de Ruggiero. Canto mucho en Francia y en Alemania, pero poco en Italia, espero que después de mi debut vuelva. No me gustaría que fuera la primera y última (risas).
P. Está considerado uno de los artistas líricos más mediáticos.
R. A mí me gusta como es lógico que se me reconozca por mi voz, siempre hay que estar trabajando sobre ella, hay que mantenerla a un buen nivel. Hace 10 años tuve serios problemas, ahora me dosifico mucho más
P. ¿Qué opinión tiene sobre la tristemente desparecida Montserrat Caballé?
R. Me parece que ha sido una grande, he visto en YouTube sus clases magistrales y me parecen maravillosas. Ella daba una gran importancia al Fiato, o sea, a la respiración, de ahí sus pianísimos. Tiene unas arias de la ópera de Donizzeti, Maria Stuarda, maravillosas. La conocí en Francia recogiendo un premio y me llamó la atención su humildad. Sin duda era una gran persona.
Philippe Jaroussky llama la atención, no solo por su la magia de su voz. Es la antítesis del divismo. Al segundo de estar manteniendo con él una conversación, da la impresión de conocerle de toda la vida. Le encanta vestir de manera informal, con unos vaqueros, una camisa de cuadros y un jersey. Desprende simpatía por los cuatro costados.