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'Don Gil de Alcalá': una modélica ópera española para iniciarse en el género

El Teatro de la Zarzuela repone un clásico de la lírica española con distinción y acierto.

El Teatro de la Zarzuela repone un clásico de la lírica española con distinción y acierto.
'Don Gil de Alcalá' en el Teatro de la Zarzuela | Javier del Real

"Entonces, ¿esto que hemos visto no es zarzuela?", me preguntó el compañero de esta casa al que llevé al estreno de Don Gil de Alcalá. Lo cierto es que el coliseo programa ópera, zarzuela, revista y hasta algún que otro experimento, casi siempre con fortuna y priorizando a los autores españoles.

Pese a convertirse cada vez más en el único reducto madrileño donde ver zarzuela -la pandemia parece haber arrasado con los modestos pero dignos montajes del Teatro Victoria, y ya antes el estupendo festival de Zarzuela en la Villa se había detenido en su tercera edición-, en ocasiones cruza esa ligera línea que separa géneros y nos ofrece una fantástica ópera, como en este caso.

Cinco años después de esa brillante El gato montés regresa otra obra de Manuel Penella, Don Gil de Alcalá en el marco del 90º aniversario de su estreno. Una obra particular por muchos motivos: por ser una libre adaptación de El sí de las niñas, por estar ambientada en el virreinato mexicano del siglo XVIII y por tener, al igual que la primera obra mencionada, música y libreto del propio compositor.

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'Don Gil de Alcalá' en el Teatro de la Zarzuela | Javier del Real

El Teatro de la Zarzuela roza así el final de la temporada con esta recuperación del montaje del Teatro Campoamor de Oviedo de 2017, con mismo equipo artístico y diferente reparto. Podemos afirmar sin tapujos que es la joya lírica del año: tan solo en ocasiones la multitud de ingredientes de una producción operística se alinean para rozar la perfección. Aquí lo hacen. La refinada dirección escénica de Emilio Sagi, siempre pendiente de los detalles y la vivacidad de los cuadros, crea, junto con la escenografía de Daniel Bianco, rica en tonos dorados, un ambiente realmente especial, suficiente y sin estridencias.

El resto lo pone un entregado reparto y un entretenido libreto, que arranca parsimonioso y gana cuando más se acerca al género bufo.

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Fotografía de Javier del Real

En el papel de Niña Estrella, la huérfana prometida contra su voluntad, encontramos a una estupenda Sabina Puértolas. Un cometido nada fácil el suyo, para empezar, por los registros graves que exige este papel de soprano -qué difícil es escucharlos por encima de la música-; también, por la necesidad de hacer creíble una infantil inocencia, no digamos ya una apariencia de jovencita desvalida. Mucho más cómodos en sus papeles encontramos al caradura Don Gil de Celso Albelo, uno de los mejores tenores actuales -algunos aún recordamos su prodigioso papel en Marina- y a un admirable Manel Esteve como Don Diego, cuya rotunda y decidida ejecución otorgan dignidad a un personaje poco simpático. Abundantes personajes cómicos encarnados por Carlos Cosías (su Chamaco es sin duda el favorito del público), Carol García o Miguel Sola contribuyen a la inspirada producción.

La dirección musical de Lucas Macías extrae toda la belleza contenida en una partitura compuesta para cuerdas -buscando así cierta veracidad histórica-. Por supuesto, encontramos la emblemática habanera "Todas las mañanitas", con depurada interpretación y gran belleza plástica. Una pena que el maestro Penella no se percatara de su potencial dramático y no la incluyera como número narrativo dentro de la historia -por ejemplo, para ser interpretada después de la caída en desgracia de Don Gil-, en lugar de ser exclusivamente decorativo. Ahí queda la propuesta para futuros montajes.

No es solo una de las pocas oportunidades de presenciar ópera compuesta en español: también es una fantástica opción para descubrir el género. Aprovechen.

Título: ‘Don Gil de Alcalá’
Director de escena: Emilio Sagi
Director musical: Lucas Macías
Dónde: Teatro de la Zarzuela (Jovellanos, 4, Madrid)
Fecha: Hasta el 22 de mayo

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