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David Mora vuelve a los ruedos con más fuerza que nunca

Su encuentro con dos magníficos toros de Parladé, lo más destacado de su "mano a mano" con Jiménez Fortes.

No pocos lectores recordaran la dura y fría tarde de mayo de 2014 en la que los tres toreros que se anunciaban en la Plaza de Toros de Las Ventas acabaron en la enfermería tras sufrir sendos percances. Dos de ellos, David Mora y Jiménez Fortes, no lo han tenido fácil desde entonces. El primero llegó a plantearse seriamente la retirada por las graves lesiones que sufrió en su pierna izquierda. El segundo luchó por su vida en 2015 tras sufrir dos escalofriantes cornadas en el cuello que hicieron temer por su vida a los millones de aficionados a los toros que, durante meses, enviaron a diario mensajes de apoyo al torero malagueño.

Por todo lo anterior, no sorprende que las más de 5.000 personas que se dieron cita en el Palacio de Vistalegre rompieran a aplaudir en cuanto ambos héroes volvieron a hacer el paseíllo en la capital de España, firmando así el primer capítulo de su reaparición. El emocionado tributo de la afición madrileña sirvió como aperitivo para una tarde en la que dos excelentes toros de la ganadería de Parladé propiciaron el triunfo de un rotundo David Mora.

El primero, de nombre "Insuperable", derrochó clase en cada una de las lentas embestidas que regaló a un David Mora que desde el primer lance se sintió torero de nuevo. Derechazos y naturales llenos de elegancia, con la figura desmayada y el temple necesario para cuajar a un toro que humilló despacio y al compás. Con una buena estocada, Mora cortó el primer trofeo.

Mejor aún fue "Cantaclaro", el tercero del lote de David Mora. Tenía la clase de "Insuperable", pero a eso le sumaba un punto extra de bravura que llegó a los tendidos desde que saltó al ruedo. Madrid se vino abajo y, con el público entregado, Mora supo desplegar toda la elegancia de su toreo, clásico y vertical en todo momento. El revolcón antes de la estocada complicó la suerte de matar, pero el público pidió la vuelta al rueda y abroncó al palco por no haber reconocido al astado de Parladé con un merecido arrastre lento.

Jiménez Fortes tuvo que vérselas con un lote más complicado. Lo mejor de su regreso fue el ajuste en los lances de capote y las bernardinas con las que asustó al tendido. Se arrimó el andaluz en sus tres faenas, pero el ímpetu y las ganas no fueron suficientes para remontar una tarde en la que no obtuvo el triunfo soñado pero sí recibió el cariño de los aficionados.

Concluye así la Feria de Invierno. Es de agradecer que Tauroemoción haya apostado por volver a abrir la Plaza de Vistalegre precisamente ahora que el Ayuntamiento de Madrid despliega todo tipo de ataques contra la Fiesta. No es fácil levantar el coso del sur de la capital pero, sin duda, la lucha por su recuperación merece la pena.

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