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Pablo Molina

Las viudas de Morante

La sensación de orfandad que se apoderó de los aficionados cuando en la tarde del 12 de octubre lo vimos desatarse la castañeta en el centro del ruedo.

MADRID, 12/10/2025.- El diestro Morante de la Puebla se corta la coleta tras serle concedidas 2 orejas en el cuarto toro en Las Ventas | EFE / Borja Sánchez-Trillo

D. Luis Bollaín, notario de profesión y escritor taurino de vocación, fue en sus tiempos el mayor partidario del torero Juan Belmonte, al que dedicó muchas páginas dedicadas a cantar las glorias del diestro trianero. La tesis de sus libros era sencilla: Belmonte fue el mejor torero de la Historia y Joselito un segundón a su lado. Tras la desaparición del Pasmo de Triana, Bollaín pasó a ser conocido por sus detractores como "la viuda de Belmonte", un título satírico que escondía un homenaje, porque ningún otro aficionado admiró tanto la figura de Belmonte ni defendió con más afán la trascendencia de su legado para el desarrollo de la tauromaquia.

Morante se ha retirado, ha cortado la temporada o se ha dado un respiro, porque nadie sabe si va a volver a torear. Probablemente ni él mismo. Porque no se ha cortado la coleta, en contra de lo que todo el mundo da por supuesto; simplemente se la ha quitado, según precisó a Zabala de la Serna en el periódico El Mundo, un matiz que tiene su importancia tratándose de un torero que ha hecho del respeto a la liturgia taurómaca el vértice de su carrera.

La sensación de orfandad que se apoderó de los aficionados cuando en la tarde del 12 de octubre lo vimos desatarse la castañeta en el centro del ruedo, tras desorejar a un toro que le había metido un tremendo revolcón, era inevitable. Todos sabíamos que Morante se iba a retirar muy pronto, pero asistir en directo a ese momento causa impresión.

Morante volverá a torear cuando él decida y su enfermedad se lo permita. No hará temporada, como hasta ahora, sino alguna corrida escogida al estilo de José Tomás. Con eso será suficiente para mantener el espíritu del toreo cada año hasta que la retirada definitiva, cuando, entonces sí, se corte la coleta, permita pasar su página con normalidad.

La Fiesta Nacional seguirá en pie porque, como el propio Morante explicó en una ocasión, el toro es lo que importa; no los toreros, que pasarán uno tras otro como ahora ha hecho él. En el escalafón hay, además, incorporaciones muy notables llamadas a mantener el interés del mundo taurino durante las próximas décadas, dicho sea para que los ceporros animalistas no abran todavía el champán.

Morante no estará, pero ha dejado un catálogo documental grabado con sus faenas más gloriosas para los aficionados del mañana, que también tienen derecho a disfrutar del mejor torero de la Historia, como hemos hecho los que hemos tenido la suerte de coincidir en su misma época. La viudez morantista tiene el consuelo del recuerdo y la esperanza de que aparezca un heredero a su altura, cosa nada fácil, pero eso mismo pensaba todo el mundo cuando desapareció Joselito y ya sabemos todas las grandes figuras que han venido después.

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