L D (EFE) "España se jugaba una parte de su prestigio por su capacidad de organización y de gestión. Hay que recordar que en el 82 la organización del Mundial no fue un buen ejemplo para nuestro país. Habíamos hecho una apuesta fuerte por los Juegos y la Expo y nos jugábamos el prestigio de ser capaces o no de organizar con seriedad un evento de esa naturaleza con tanta complejidad", señalaba González en declaraciones a Radio Barcelona de la Cadena Ser . Para Felipe González, presidente del Gobierno en 1992, indicó que "aquél 25 de julio transmitió una imagen de España fantástica. Mucha gente se sintió realizada en la diversidad de la ceremonia".
"El éxito de los Juegos Olímpicos dejó un panorama de satisfacción y tranquilidad aunque su final coincidió con una caída de la economía que ya se veía venir pero con esa sensación de relajamiento que supone el que haya acabado perfecto tras mucho compromiso y tensión", indicaba el ex presidente. González añadía que las inversiones que supusieron los Juegos de Barcelona sirvieron de "excusa para, en poco tiempo, intentar un proceso de modernización urbanística viaria, de infraestructuras" y reconoció que la cooperación institucional en aquél entonces fue muy positiva.
El dirigente socialista reconoce también que pudo obtener algún "rendimiento político y personal del éxito de los Juegos, sobre todo en Barcelona y Cataluña. Mejoró una relación con Cataluña que ya era muy buena y se consolidó". Uno de los grandes temores de Felipe González en el transcurso de los Juegos fue la permanente amenaza terrorista de la banda terrorista ETA. "ETA era la principal amenaza para el éxito de los Juegos y no pasó absolutamente nada. Tampoco vimos exhibiciones policiales como las de estos últimos tiempos con menos amenaza que entonces", agregaba el político.
Felipe González no es optimista ante el futuro olímpico de España y la posible concesión de otros Juegos. "Se habla mucho de eso pero me da un poco de pena porque lo estamos diciendo casi todos y no lo decimos con la convicción de que nos vayan a caer los Juegos en el futuro inmediato. Hay 50 o 60 países que los quieren organizar en los próximos años y nosotros hemos tenido unos recientemente. Yo no veo cercana la oportunidad". El ex presidente del Gobierno destaca la comprensión ante la actitud evidenciada entonces por Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña. "Yo comprendía perfectamente su ambición por dar relieve a los símbolos catalanes durante los Juegos. Comprendí que ante el escaparate de los Juegos, y recién recuperada la autonomía en términos históricos, el hecho de que la identidad de Barcelona y Cataluña estuvieran presentes en la celebración me parecía necesario. Había que mostrar que Cataluña tenía una personalidad diferenciada dentro de España y me parecía muy bien y necesario en un país diverso", explicaba González.
"El éxito de los Juegos Olímpicos dejó un panorama de satisfacción y tranquilidad aunque su final coincidió con una caída de la economía que ya se veía venir pero con esa sensación de relajamiento que supone el que haya acabado perfecto tras mucho compromiso y tensión", indicaba el ex presidente. González añadía que las inversiones que supusieron los Juegos de Barcelona sirvieron de "excusa para, en poco tiempo, intentar un proceso de modernización urbanística viaria, de infraestructuras" y reconoció que la cooperación institucional en aquél entonces fue muy positiva.
El dirigente socialista reconoce también que pudo obtener algún "rendimiento político y personal del éxito de los Juegos, sobre todo en Barcelona y Cataluña. Mejoró una relación con Cataluña que ya era muy buena y se consolidó". Uno de los grandes temores de Felipe González en el transcurso de los Juegos fue la permanente amenaza terrorista de la banda terrorista ETA. "ETA era la principal amenaza para el éxito de los Juegos y no pasó absolutamente nada. Tampoco vimos exhibiciones policiales como las de estos últimos tiempos con menos amenaza que entonces", agregaba el político.
Felipe González no es optimista ante el futuro olímpico de España y la posible concesión de otros Juegos. "Se habla mucho de eso pero me da un poco de pena porque lo estamos diciendo casi todos y no lo decimos con la convicción de que nos vayan a caer los Juegos en el futuro inmediato. Hay 50 o 60 países que los quieren organizar en los próximos años y nosotros hemos tenido unos recientemente. Yo no veo cercana la oportunidad". El ex presidente del Gobierno destaca la comprensión ante la actitud evidenciada entonces por Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña. "Yo comprendía perfectamente su ambición por dar relieve a los símbolos catalanes durante los Juegos. Comprendí que ante el escaparate de los Juegos, y recién recuperada la autonomía en términos históricos, el hecho de que la identidad de Barcelona y Cataluña estuvieran presentes en la celebración me parecía necesario. Había que mostrar que Cataluña tenía una personalidad diferenciada dentro de España y me parecía muy bien y necesario en un país diverso", explicaba González.