Ricardo Izecson Dos Santos Leite, Kaká en el mundo del fútbol, ha sufrido mucho desde su llegada al Madrid. Fichado como lo que era, uno de los mejores futbolistas del mundo, y por 65 millones de euros, en dos años no ha sido capaz de desplegar la calidad que mostró en Brasil y en el Milan.
Se podría achacar a los lógicos problemas de adaptación, a un estilo que no se ajusta a lo que requiere el equipo, a las continuas lesiones, a la presión de su fichaje, a la incomprensión de Pellegrini el año pasado, a los problemas religiosos junto a su mujer... Pongan la excusa que quieran, pero sea por el motivo que sea, Kaka, en casi dos temporadas, no ha hecho nada vestido de blanco.
Pero si de algo no se puede dudar es de su calidad. Cualquiera que le haya visto jugar más de tres partidos de su etapa en Italia sabe que el brasileño es de los futbolistas más talentosos del planeta. Pero a veces, muchas, eso no basta.
Ese talento no lo ha demostrado en el Real Madrid. No, hasta este sábado, cuando dio un verdadero recital. Tras comenzar la temporada lesionado, Kaká apareció a principios de año, pero de nuevo unas molestias le alejaron de los terrenos de juego. Ahora ha vuelto, y parece que lo ha hecho con todo.
El brasileño regresó ante el Tottenham, transmitiendo muy buenas sensaciones en el poco tiempo que estuvo en cancha. En San Mamés fue titular y, más allá de los dos tantos de penalti, dejó una gran imagen. En los choques ante el Barcelona desapareció, por necesidades del guión, pero este sábado, en Mestalla, volvió a la titularidad, y de qué manera. Dos golazos –el segundo de ellos espectacular-, dos asistencias, y, sobre todo, la sensación de que con el balón hacía lo que quería, cuando quería y como quería. Recordó, por primera vez, al Kaká del Milan; al Kaká de verdad.
Quizá, el brasileño haya llegado en su mejor momento de forma para este tramo final de la temporada. Aunque no esté en el guión, Kaká puede ser un hombre importante para la eliminatoria de Champions ante el Barcelona. Mourinho ya ha dejado claro que tiene un plan maestro para cada uno de los partidos ante Guardiola. Averiguar con qué sorprenderá en el próximo choque es difícil, pero quizá en el futbolista de los 65 kilos esté el asunto. De momento, Kaká ya le ha dejado claro al técnico luso que está aquí, que ha vuelto, y que tiene ganas, muchas ganas, de demostrar que es uno de los mejores futbolistas del planeta.