Ni baloncesto, ni fútbol; la selección española que está de moda es la de hockey sobre patines. El pasado domingo se proclamó campeona del mundo por decimoquinta vez en su historia, consiguiendo su cuarto título consecutivo, al derrotar a la anfitriona Argentina (5-4) en la final, disputada en el estadio Aldo Cantoni de San Juan. Un hecho sin parangón en el deporte español.
El técnico Carlos Feriche y sus pupilos volvían a hacer historia. Este lunes aterrizaban en Madrid, procedentes de Buenos Aires, los 17 héroes españoles -doce jugadores y cinco componentes del cuerpo técnico-, con los Josep Ordeig, Marc Torra, Jordi Bargalló o Sergi Panadero, entre otros. Y, cómo no, Pedro Gil.
Conocido como Pedrito Gil, o en Argentina como El Pelado Gil, el jugador del Oporto destaca por su gran velocidad, su agilidad y su visión de juego. Su fortaleza y carácter competitivo, junto a unas notables cualidades técnicas, le hacen ser considerado el mejor delantero del mundo de su especialidad.
Nacido en San Sadurní de Noya (Barcelona) el 13 de diciembre de 1980, Gil comenzó a jugar al hockey a los cuatro años y su exitosa carrera profesional arrancó en 1997, cuando formó parte en las filas del Noia Freixenet. Ha pasado por clubes como Tenerife o Reus Deportiu, aunque la mayor parte de su trayectoria la ha realizado en Portugal, donde ha militado Infante de Sagres y Oporto. Seis ligas y dos copas lusas, una Copa de Europa y Mundial clubes lucen en su extraordinario palmarés, aunque no supera al que colecciona con la selección española.
Porque Gil, ante todo, se siente español y lo pregona a los cuatro vientos: "Mi familia vive en Andalucía y soy parte de ellos. Además, no me siento catalán. Simplemente me siento español". Es por ello por lo que no juega con la selección catalana: "Yo soy español y cada vez que me pongo la camiseta de la selección española me siento orgulloso. Cataluña es sólo el lugar donde vivo".
La gran pasión de Pedro son los tatuajes, con más de veinte que le recorren por todo el cuerpo. Es su "auténtico vicio". Así, luce los nombres de sus hijos (en el abdomen y en la pierna), diversos animales (un tigre, un cocodrilo, un toro...) y recordatorios de algunos momentos de su vida. El primero, una tela de araña, se lo hizo cuando sólo 16 años y ahora, casi con 31, no puede parar de tatuarse el cuerpo. "Cuando te ves un espacio vacío, lo tienes que llenar", confiesa.
Pero el que más llama la atención es el escudo del Real Madrid, que lleva dibujado en el brazo. "Es el club de mis amores", asegura un Pedro Gil que se ha granjeado algunos "enemigos" en foros de seguidores del Barcelona.
Réplica a Zapatero
Mientras tanto, él y sus compañeros de selección sacan pecho y se jactan de los quince campeonatos mundiales que ha conseguido el hockey sobre patines español. Lanzan, de paso, un mensaje al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el pasado 19 de septiembre felicitó a los componentes de la selección de Sergio Scariolo por el Eurobasket ganado en Lituania y les aseguró que "sois la mejor selección española de la historia".
"Habría que decirle al señor Zapatero que se acuerde de nosotros. Hay dos jugadores (Gil y Guillem Trabal) que tienen cinco mundiales, que es algo que no se había conseguido nunca", no duda en replicar Carlos Feriche al presidente del Gobierno.