Toda la vida lleva esperando la ciudad de Nápoles un partido como el que tendrá lugar la próxima semana. Su equipo se juega el pase a los cuartos de final de la Champions League en Stamford Bridge después del 3-1 conseguido en San Paolo.
Por ello, nunca se ha visto tanto ambiente en la ciudad. Los napolitanos están enloquecidos por la posibilidad de meter a su equipo entre los ocho más potentes del campeonato. El encuentro de ida ya fue una locura en Nápoles y el resultado ha levantado aún más expectación para el partido de vuelta.
Por ello, miles de aficionados han hecho noche en el estadio de San Paolo para esperar una de las 2.700 entradas que el Chelsea ha cedido para el equipo visitante. Después de largas horas de cola y de frío, muchos se han quedado con la miel en los labios y una rabia irresistible en su interior.
Tal y como cuenta Il Corriere della Sera, muchos aficionados se han quejado en Internet y en los programas de radio por cómo la Camorra se ha hecho con las entradas.
Los matones de la mafia napolitana llegaron poco después del amanecer, minutos antes de la apertura de las taquillas, y quitaron de la cola a las personas que estaban esperando. Ante las críticas se sucedieron las amenazas para silenciar las voces discordantes. En grupos de 15-20 personas se amontonaban sobre las taquillas haciéndose con las entradas con documentos de identidad falsos –en Italia es imprescindible presentar el DNI por motivos de seguridad-.
Al final, se estima que al menos 1.000 billetes de los 2.700 hayan acabado en las manos de la Camorra, que al día siguiente ya las estaban revendiendo a 400 euros la entrada.
Las protestas se han acumulado en los foros y en las radios, pero como recuerda el diario, aún ha pasado la situación muy desapercibida. El miedo que sienten los ciudadanos napolitanos ante la Camorra ha silenciado en parte sus críticas.
Las otras opciones
Muchos de ellos, además, ya están viendo vías alternativas para acudir al partido. Y es que algunos aficionados ya habían contratado el viaje con aerolíneas de low cost o los paquetes con hotel de las agencias de viaje. Otra alternativa es acudir a Londres sin billete.
Sin embargo, las normas de seguridad en los estadios ingleses prohíben que la afición visitante se mezcle con la local, con lo que no está permitido comprar entradas reservadas para hinchas del Chelsea. La situación ha provocado subastas en sitios de Internet.
Los precios han derivado en una auténtica locura: 300 euros por una entrada adquirida en listicket; 500 por una localidad en tribuna o 1.000 incluyendo el vuelo. Cifras que podrían aumentar según se acerque la fecha del partido.
Otra alternativa que manejan muchos aficionados será camuflarse como ingleses para poder entrar en el estadio con normalidad. Todo ello, si la seguridad no pide el documento de identidad a la entrada. Todo lo que rodea Nápoles es una anomalía.