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Europa League

¡Habrá final española!

El Athletic de Bilbao ha dado la vuelta a la eliminatoria ante el Sporting (3-1) y el Atlético ha rematado la faena en Mestalla (0-1).

El Athletic de Bilbao ha dado la vuelta a la eliminatoria ante el Sporting (3-1) y el Atlético ha rematado la faena en Mestalla (0-1).

Los batacazos del fútbol español se han quedado en la Champions. Después de los desastres de Real Madrid y Barcelona, la Liga Europa presentará en su final el próximo nueve de mayo a dos equipos españoles, Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid, que solventaron sus compromisos de semifinales ante Sporting y Valencia respectivamente

Lo tenía mejor el cuadro de Simeone, que con el 4-2 del Calderón sólo tenía que aguantar las embestidas de un Valencia que plantó cara. Quien debía remontar era el Athletic, pero llevado en volandas por San Mamés –y por un magistral Llorente- le ha dado la vuelta a la eliminatoria, regresando a una final europea 35 años después.

Así pues, después de los disgustos en la Copa de Europa, la Liga Europa, su hermana pequeña, tendrá un campeón español sí o sí. Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid así lo han querido.

Demasiado Atlético para el Valencia

Para alcanzar una final europea hay que saber sufrir, jugar con el resultado, y dar la puntilla cuando el partido lo requiere. Eso es precisamente lo que ha hecho el Atlético de Madrid, que con el 0-1 logrado en Mestalla ha sellado su regreso a una final sólo dos años después.

Nada que reprochar al Valencia, que buscó la remontada desde el primer momento. Tras unos días complicados, equipo y afición se habían conjurado para lograr la machada. Así quedó patente desde el colegiado señalara el inicio del encuentro. Pero los de Emery se toparon con una línea defensiva muy firme y muy segura durante todo el encuentro.

Para más inri, en la ocasión más clara de todo el partido apareció la magia de Courtois, un guardameta que apunta muy, muy alto. Fue por partida doble, deteniendo magistralmente un disparo lejano y levantándose como una exhalación para desbartar el rechazo. Entonces, la ansiedad se apoderó de los ches, que querían marcar el segundo antes del primero. Y eso nunca funciona.

Al descanso se llegó con el 0-0 y algún susto final por parte del Atlético, que encontró sus opciones a la contra. Sustos que se convirtieron en realidad a los 59 minutos, cuando Adrián soltó un derechazo inapelable que se coló por la escuadra de Diego Alves.

Ahí se acabó el partido. El tanto fue un golpe demasiado duro para el Valencia, que ya no pudo o no supo reaccionar. Ni siquiera cuando Tiago se volvió loco y, por una agresión a Jordi Alba, vio la tarjeta roja. Fue el único lunar a una eliminatoria, la realizada por el Atlético, magistral. De libro. De final.

San Mamés realiza la gesta

El Athletic se ha convertido en el otro finalista de la Liga Europa y lo ha hecho con otra noche mágica en San Mamés. Parecía que con el Manchester United se había alcanzado el techo, pero ante el Schalke la cosa aún fue a más. Hoy, puede haber vivido uno de sus mejores jornadas en toda su historia. Y, por supuesto, acabó en final feliz.

Debían los de Bielsa remontar el 2-1 de Lisboa, donde el Sporting le había dado la vuelta al marcador demostrando que la cosa no iba a ser nada sencilla. Pero si los lusos llegaban con un buen resultado, los españoles llegaban con la moral por las nubes. Ya dijimos aquí que iba a ser casi imposible dejar a este equipo fuera de la final. Efectivamente, nadie lo ha logrado.

Pero, obviamente, no fue fácil. Y eso que el tanto inicial de Susaeta, a los 17 minutos, ponía las cosas muy de cara para el Athletic. El fino delantero remachó un elegante pase de Fernando Llorente. El riojano acababa de iniciar su recital.

Como sucediera en Portugal, el Sporting no se vino abajo con el tanto encajado, y poco antes del descanso Wolfswinkel logró la igualada. Pero, tirando nuevamente de carácter –por no decirlo de otra forma- sólo dos minutos después Ibai Gómez volvía a poner a los leones por delante, tras otra buena acción de Llorente.

La segunda mitad arrancaba con la eliminatoria igualada y, como era de esperar, ninguno de los dos conjuntos quiso tomar excesivos riesgos. Pero el Athletic tenía claro que no quería ir a la prórroga. Y mucho menos a los penaltis. Se veía superior, y no quería dar esperanzas a un equipo que se defendía con uñas y dientes.

Entonces volvió a aparecer Fernando Llorente. Don Fernando Llorente. Su pie, su estirada, la puntita de su bota, terminó por introducir el balón dentro de Patricio. Faltaban tan solo dos minutos para el final y, por supuesto, llegó el éxtasis. San Mamés se convirtió de nuevo en una fiesta.

Una fiesta que permitió al Athletic regresar a una final europea 35 años después y, de paso, demostrarle a Europa que el fútbol español no está tan mal como nos quisieron hacer creer esta mañana. Porque, recordemos, la final de la Liga Europa será entre dos conjuntos de nuestro país. Y eso es muy grande.

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