David Ferrer se ha impuesto en el duelo fratricida contra Marcel Granollers, por 6-3, 6-2 y 6-0 en una hora y 51 minutos, para alcanzar los cuartos de final de Roland Garros sin ceder un set.
La superioridad de Ferrer fue evidente en el primer partido de la jornada en la pista Philippe Chatrier, donde el de Jávea ha dominado el juego desde el principio. El encuentro se ha disputado bajo una suave lluvia con los espectadores refugiados con impermeables y paraguas, y con Granollers corriendo de lado a lado de la pista intentando lo que parecía imposible.
Ferrer sigue sin ceder un solo set ante Granollers, al que ha ganado ya en cuatro ocasiones. Está en cuartos por tercera vez en su carrera, y la primera sin ceder una manga. "Feliz cumpleaños", ha firmado Ferrer en una de las cámaras de televisión, quizás en alusión al de Rafael Nadal el día anterior. El discípulo de Javier Piles estaba contento por esta victoria que le coloca en cuartos, donde se enfrentará contra el ganador del encuentro entre el británico Andy Murray, cuarto favorito, y el francés Richard Gasquet, decimoséptimo.
Granollers, que figura esta semana en el cuadro del challenger de Prostejov (República Checa) al igual que Fernando Verdasco, sólo jugará en el cuadro de dobles de los Juegos Olímpicos junto con Nadal. Verdasco tendrá así asegurada una plaza en el de individuales.
Almagro no da opción a Tipsarevic
Además de Ferrer, otro español que alcanza los cuartos de final es Nicolás Almagro al superar al serbio Janko Tipsarevic por un triple 6-4. El jugador murciano ha sentenciado su victoria ante Tipsarevic en dos horas y 13 minutos, con una formidable derecha cruzada, para alcanzar la antepenúltima ronda de Roland Garros por tercera vez en su carrera. Su próximo rival será Nadal.
La confianza de Almagro parece de hierro. Levantó un 0-3 en el primer parcial sin inmutarse, de la misma forma que luego fue mandando en el marcador en los dos siguientes, con calma, templando su formidable revés, bien cruzado o paralelo, y minando poco a poco las reservas de Tipsarevic con quien se enfrentaba por primera vez.
Almagro sigue sin ceder un set en París en cuatro partidos, como Ferrer. Esta naturalidad en su juego es la que le ha llevado a romper cinco veces el servicio del serbio y a disfrutar, también con calma, y un beso al cielo, de una merecida victoria, rubricada con una firma especial en la cámara de televisión: "Mazinger". Así es como se siente un Almagro que ahora podría tener un hueso mucho más duro de roer.