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Djokovic y Federer se abonan al sufrimiento

El serbio ha vuelto a demostrar su condición de número uno ante Tsonga y se medirá en semifinales a Federer, que remontó a Del Potro.

Finalmente se repetirá la semifinal del año pasado. Muchísimo han sufrido Novak Djokovic y Roger Federer para citarse en la antesala de la final de Roland Garros, pero, tras remontar sus partidos de cuartos de final, ambos se verán las caras el próximo viernes en la pista central Philippe Chatrier.

Los dos tenistas han estado al borde de la eliminación, pero el serbio lo ha pasado aún peor ante Jo-Wilfred Tsonga, contra el que ha tenido que levantar cuatro bolas de partido en el cuarto set para imponerse (6-1, 5-7, 5-7, 7-6 (6) y 6-1), en cuatro horas y nueve minutos. Tsonga, el primer francés en alcanzar los cuartos de final de todos los Grand Slams desde que comenzó la Era Open, ha visto cómo se esfumaba su sueño cuando ya lo tocaba con los dedos.

Y todo esto después de un comienzo arrollador de Djokovic que no hacía prever el resultado final, porque Novak endosó un parcial de 8-0 al francés para adelantarse en el marcador 6-1 y 2-0. Pero Tsonga apretó los dientes y llevado en volandas por los 15.000 aficionados fue limando diferencias, lanzándose a un ataque feroz y contagiando a sus seguidores de su garra con dos roturas en el último juego del tercer y cuarto set.

Tsonga se quedó como una estatua con los puños cerrados y las venas del cuello a punto de explotar. Se ponía por delante en el marcador mientras que Djokovic perdía dos bolas en dos discusiones con el juez de silla y explotaba una bolsa de plástico que contenía un plátano contra su raquetero.

Para colmo el serbio sufrió un pinchazo en la pierna derecha durante el séptimo juego del cuarto set. Hablaba con su banquillo maldiciendo su suerte, "no puedo jugar", dijo, y sentado negaba con la cabeza, descorazonado, un preludio de la que podía ser su sexta derrota este año.

El público de la central bramó en los últimos juegos del cuarto set cuando Tsonga salvó un punto de rotura con un saque directo en el noveno juego, y explotó después cuando al siguiente el francés dispuso de dos bolas de partido. Nole salvó la primera con una arriesgada volea lanzándose sobre la red y la segunda con una derecha cruzada al ángulo.

El serbio volvió a salvar otras dos bolas de partido, con paraguas abiertos en la central. Y se llegó al desempate donde Nole se colocó con 4-2. Ahí empezó su gran reacción para ganar ese juego corto y lanzarse después a fondo. Su rostro cambió y Djokovic se volvió agresivo, colocándose con 3-0 en el quinto set, mientras que Tsonga estaba tocado anímicamente, y dejaba escapar vivo al de Belgrado lanzado a por la victoria, que certificó a su primera oportunidad.

Federer reacciona a tiempo

El genio de Roger Federer ha emergido en París cuando Juan Martín del Potro ya soñaba con eliminar al suizo. El número tres del mundo ha remontado el choque (3-6, 6-7 (4), 6-2, 6-0 y 6-3)  en tres horas y 14 minutos ante el argentino, que ya soñaba con repetir la gesta de la final del Abierto de Estados Unidos de 2009.

El helvético sigue cediendo sets en la arcilla parisina, pero se ha vuelto a colar entre los cuatro mejores del torneo. Lejos de los despistes ante Adrian Ungur, Nicolas Mahut y David Goffin, Federer ha visto de cerca por primera vez su eliminación en París. Sin embargo, en el peor momento ha sacado su mejor tenis para apabullar al argentino.

Tras casi dos horas en pista y dos mangas abajo, en el tercer set reapareció el mejor Federer, que le asestó un 6-2 a Del Potro mientras caían algunas gotas en la pista. El partido no se interrumpió y el recital del suizo prosiguió en el cuarto set, en blanco para el argentino.

En el quinto regresó la igualdad al polvo de ladrillo. Federer desplegaba un tenis preciosista, con algún revés genial y tiros a las líneas, y del Potro aguantaba, lejos del nivel de las dos primeras mangas pero más centrado que en las dos últimas.

Con el 2-1 en el quinto para el suizo y servicio para Del Potro, Federer logró romperle el saque (3-1) y asegurar el suyo (4-1). Ahí, Federer volvió a tomar los mandos del encuentro, que terminó sentenciando con un cómodo 6-3.

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