Usain Bolt se ha despedido de Londres a lo grande. Su rendimiento era una incógnita tras los trials previos a la cita olímpica, pero se ha marchado de la capital británica como una auténtica leyenda. Llegó siendo el mejor atleta del mundo y se marcha siendo el mejor velocista de la historia.
Ello se debe a los tres oros que ha conseguido en 100, 200 y el relevo 4x100, con récord del mundo incluido para rematar la faena. El jamaicano lograba lo que nadie antes había conseguido: lograr el oro en dos Juegos Olímpicos consecutivos en 100 y 200 metros.
Bolt es una estrella no solo encima del tartán. El jamaicano es un ídolo de masas, que sabe meterse al público en el bolsillo con sus actuaciones en la pista y sus declaraciones fuera de ella. Los shows antes y después de las carreras le han valido el cariño de todo el mundo del deporte, excepto de una persona.
El jamaicano muestra un respeto absoluto ante todos los rivales y atletas menos con Carl Lewis. En cuanto oye ese nombre el jamaicano se pone serio y tuerce el gesto. ¿El motivo? Muy lógico, ya que Lewis puso en tela de juicio las marcas de Bolt y le quiso relacionar con el dopaje.
Por ello, no es raro que, pese a ganar tres oros, Bolt se ponga serio cuando oiga su nombre: "A Lewis no le tengo ningún respeto. Me molestó lo que dijo de mí y el dopaje. Nunca ha hecho nada por el atletismo, sólo por él. Nos acusa de dopaje porque nadie habla de él", señaló el caribeño tras lograr la medalla de oro en los 200 metros.
El caso de Lewis es aislado, ya que Bolt venera a todos los velocistas históricos: "Crecí viendo los récords de Michael Johnson, para mí lo fue todo. Ahora ya estoy a su altura", dijo de Johnson. Tampoco se quedó corto con Jesse Owens: "Él hizo mucho por los atletas". Desde luego, si alguien ha hecho mucho por el atletismo en Londres, ése ha sido Usain Bolt.