El reciente entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, se ha encontrado con un problema interno difícil de resolver. Cesc Fábregas, un símbolo del club culé, no tiene sitio en el equipo y es muy difícil que lo pueda conseguir. Además, en las pocas intervenciones que ha tenido el jugador no ha rendido como se esperaba.
Cesc es uno de esos jugadores con una gran llegada al área rival y en la situación de ‘falso 9’ se desenvuelve de maravilla. El problema que tiene el de Arenys de Mar es que esa posición la ocupa el intocable Leo Messi. Los extremos son para Alexis Sánchez y para Pedro o Tello, que gana enteros en cada partido. Xavi e Iniesta necesitan descanso y ahí es cuando Fábregas entra en escena. El inconveniente de sustituir a estos dos jugadores es que juegan muy lejos del área rival y el rendimiento de Cesc en esa posición está muy por debajo del nivel exigido por la afición culé.
Vilanova va a tener que jugar con el equilibrio para no enfadar a nadie. Si Cesc juega en los puestos de ataque, muchos delanteros se quedan en el banquillo. Y si juega en el centro del campo, su rendimiento baja considerablemente. La falta de gol en uno de los mayores problemas del exjugador del Arsenal. Si no mejora su rendimiento, difícilmente podrá jugar en ataque. En todo el 2012, el futbolista lleva marcados solamente cuatro goles: el último fue el 8 de febrero ante el Valencia.