Da igual que Carlo Ancelotti haya perdido a cuatro jugadores titulares. No importa que no se haya ganado al Atlético de Madrid en toda la temporada, en siete derbis. No afecta el "mejor resultado de los peores" obtenido en el Calderón (0-0). Nada de esto es relevante para la plantilla del Real Madrid. Los jugadores nunca dejarán de creer en sus posibilidades. Cómo bien recordó Ancelotti a la plantilla en la arenga que desveló Libertad Digital, "somos el mejor vestuario del mundo, este escudo nos lo recuerda cada día".
Hay mucho en juego. No es sólo un pase a las semifinales. Es enseñar quien manda en la capital, es demostrar que pueden ganar pese a las adversidades y para muchos, es jugarse en un partido, su posible continuidad en el club. Este es el caso de Ancelotti que da vueltas a una solución ante el sudoku que se le ha planteado de repente. En una semana ha perdido a un jugador por línea. Tiene que crear de la nada un equipo inédito y cuyo estreno será en el Bernabéu, en cuartos de final de la Liga de Campeones y ante el Atlético de Madrid. Casi nada.
La solución de Ancelotti no pasa por una revolución, por un esquema sorprendente y una táctica enrevesada. El italiano busca normalidad dentro de este galimatías que se le ha presentado. Paul Clement, ayudante de Ancelotti, llevaba en el entrenamiento el posible esquema del Real Madrid para este partido. Era un 4-3-3 a pesar de que la opción del 4-4-2 se antoja más viable. Pese a la buena forma de los tres centrales, el 3-5-2 se ha quedado en tema de debate para las tertulias para un sólo día. "El dibujo no cambia", ha dicho.
Será un once de garantías pese a las numerosas y notables ausencias. La normalidad que busca Ancelotti pasa por cambiar hombre por hombre. Es simple. Coentrao por Marcelo. Illarramendi por Modric, Isco por Bale y Chicharito por Benzema. La única duda está en el centro del campo. A Carlo le tira más Khedira. Siempre ha confiado más en él. Lo demostró así en la final de Lisboa o sin ir más lejos, en la ida en el Calderón donde ocupó un lugar en el banquillo. En contra del alemán está su falta de minutos. Sólo ha jugado 58 ante el Schalke 04 desde su lesión en febrero y que no va a continuar en el Real Madrid.
Isco tendrá que volver a su mejor nivel, James está en estado de gracia, está Ronaldo y arriba Chicharito, un jugador que no ha tenido oportunidades pese a siempre haber demostrado que las merecía. Según Ancelotti ofrece "eficacia en la asistencia, vericalidad y finalización".
El equipo es de garantías y la grada no fallará. Se recibirá al autobús como en las grandes citas, habrá un gran mosaico y se cantará por primera vez a capela el himno de la Décima. Ese título que siempre nos recordará que el Real Madrid nunca se rinde. Eso sí, la cabeza será también importante. "No tenemos prisa por marcar", advirtió Ancelotti. Recibir un gol podría ser definitivo.
