Nada que ver este Joao Félix con el que los últimos meses ha deambulado cabizbajo por los terrenos de juego, después de tres temporadas y media en el Atlético de Madrid y la mitad del pasado curso en el Chelsea, adonde llegó como una estrella pero también acabó relegado al banquillo de los suplentes. Es cierto que sólo ha jugado tres partidos en el FC Barcelona —frente a Osasuna y Betis en Liga y contra el Amberes en la Champions—, pero de momento el portugués está dejando muestras de la gran clase que atesora.
Y no sólo eso, sino también compromiso, como se ha podido ver en los 67 minutos del partido que ha puesto el estreno de los culés esta temporada en Champions, ante el Amberes belga y en su nuevo feudo del Lluís Companys (5-0) debido a las obras de remodelación del Camp Nou.
Dos goles contra el conjunto de Mark van Bommel y una asistencia. Abrió la cuenta en el minuto 10, tras recibir dentro del área un gran pase de Gundogan, y luego asistió a Lewandowski, arrastrando consigo a los defensas y poniendo un exquisito centro al segundo palo que el polaco, a placer, remachó a gol. Ya en la segunda parte, superó a Butez con un gran remate de cabeza, rematando en el segundo palo un gran centro de Raphinha, sólo unos pocos segundos antes de ser sustituido en el 67’ por Lamine Yamal.
Y además de todo eso, Joao también se implicó muchísimo en tareas defensivas, presionando cuando sus compañeros perdían la pelota arriba para desbaratar cualquier conato de contragolpe del Amberes.
Le ha cambiado el rictus. Se le ve disfrutar. Es otro jugador bien distinto al que se veía sin chispa en los últimos meses en el Atlético. Es verdad que jugó muy buenos partidos en el conjunto colchonero, pero muchos aficionados rojiblancos se quedan con la sensación de que Diego Pablo Simeone, en tres temporadas y media, no ha sabido explotar el mayor talento que tenía en la plantilla.
El Lluís Companys puede disfrutar de las genialidades de Joao Félix. Es cierto que sólo son tres partidos —y uno de ellos ante un rival menor como es el Amberes—, pero de momento la cosa promete…