L D (EFE) El nadador de Sabadell, de 31 años, alcanzaba el islote balear de Ses Bledes poco antes de las 8.00, con lo que ya podía haber dado por superado su reto, pero decidió proseguir desde allí hasta San Antonio, donde le aguardaban numeroso público y autoridades. El deportista fue trasladado inmediatamente después de pisar tierra en el hospital Can Misses de la ciudad de Ibiza, que ha hecho público un parte que indica que Meca sufre un principio de hipotermia, aunque fuentes del centro sanitario apuntan que sus constantes vitales eran buenas.
Meca permanece en observación en la sala de urgencias pendiente de los resultados de una analítica completa que se le ha realizado. Se le ha administrado suero, pero todo indica que en las próximas horas será trasladado a planta. Los médicos no confirmarán hasta las próximas horas si el deportista podrá abandonar el centro sanitario este viernes, tal y como estaba previsto, para ofrecer una rueda de prensa donde cuente en primera persona su experiencia.
El nadador no ha podido hacer ninguna declaración a su llegada al puerto, pero si lo ha hecho su padre, José Meca, que ha recibido en su nombre el ramo de flores que tenía previsto ofrecerle las autoridades y ha asegurado que él y el resto de personas que han seguido la hazaña de su hijo han pasado momentos de "verdadero miedo". "En especial -explicaba- cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón pero que finalmente resultó ser un pez luna".
Además, Meca tuvo que enfrentarse durante toda la noche a una fuerte bajada de las temperaturas, a las picaduras de las medusas e incluso durante unas horas se vio obligado a nadar a oscuras porque hubo problemas con el foco que iluminaba su trayectoria. Este ha sido "el momento de mayor peligro" porque, según explicaba el padre, "en el mar te puedes encontrar con muchas sorpresas, incluidos restos de madera flotando o incluso palets". Una vez en Ibiza, David Meca fue recibido por un millar de personas concentradas en el puerto de San Antonio desde primera hora de la mañana.
Meca permanece en observación en la sala de urgencias pendiente de los resultados de una analítica completa que se le ha realizado. Se le ha administrado suero, pero todo indica que en las próximas horas será trasladado a planta. Los médicos no confirmarán hasta las próximas horas si el deportista podrá abandonar el centro sanitario este viernes, tal y como estaba previsto, para ofrecer una rueda de prensa donde cuente en primera persona su experiencia.
El nadador no ha podido hacer ninguna declaración a su llegada al puerto, pero si lo ha hecho su padre, José Meca, que ha recibido en su nombre el ramo de flores que tenía previsto ofrecerle las autoridades y ha asegurado que él y el resto de personas que han seguido la hazaña de su hijo han pasado momentos de "verdadero miedo". "En especial -explicaba- cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón pero que finalmente resultó ser un pez luna".
Además, Meca tuvo que enfrentarse durante toda la noche a una fuerte bajada de las temperaturas, a las picaduras de las medusas e incluso durante unas horas se vio obligado a nadar a oscuras porque hubo problemas con el foco que iluminaba su trayectoria. Este ha sido "el momento de mayor peligro" porque, según explicaba el padre, "en el mar te puedes encontrar con muchas sorpresas, incluidos restos de madera flotando o incluso palets". Una vez en Ibiza, David Meca fue recibido por un millar de personas concentradas en el puerto de San Antonio desde primera hora de la mañana.