L D (Agencias) "Ha quedado la imagen de un mal partido para España y ahora, que acabamos de ver la repetición, no me parece tan malo, es cierto que en el primer tiempo jugaron bien y nos impidieron hacer nuestro fútbol, pero en el segundo tuvimos consistencia defensiva y llegada en ataque", comentaba, en la previa del segundo compromiso ante Turquía.
Un triunfo español dejaría prácticamente sentenciada la clasificación. Por eso Del Bosque pide a los suyos un esfuerzo final de concentración. "Tenemos que ser cuidadosos en guardar la posición privilegiada que tenemos en el grupo. Además, partimos de la base de que bosnios y turcos están ahí igualados".
Del Bosque, que no ha desvelado si renunciará a un segundo punta para incrementar el juego por las bandas pues valora aún "las dos posibilidades hasta el entrenamiento de esta tarde", sitúa los errores del pasado sábado en que "se facilitó la presión turca en el primer tiempo, acortando las distancias y costó mucho salir de las ayudas en la presión de sus dos delanteros". "Mañana espero un partido en el que deberemos llevar el ritmo del juego en muchas fases, pero también ellos querrán manejar el duelo delante de su afición y cuando nosotros robemos el balón tendremos que ser capaces de desplegarnos y salir al ataque. Tenemos que leer lo que hacer en cada momento según requiera el partido", analiza.
Sobre la presión que llegará desde las gradas del Ali Sami Yen, Del Bosque reconoce que "el público aquí es muy apasionado, vive atento a su equipo, pero no debe haber problemas". No en vano, Del Bosque ya padeció en sus carnes el fervor otomano en los cuartos de final de la Liga de Campeones la campaña 2002-2003, cuando el Real Madrid que entonces entrenaba se vio remontado (3-2) por el Galatasaray, que perdía 0-2 al descanso. "Nos fuimos en la primera parte con ventaja, pero le dieron la vuelta 3-2 impulsados por la grada, pero ellos también tienen oficio y calidad para hacerlo por juego, si no la afición sola no hace nada, aunque creo estamos capacitados para sacar adelante el partido", valora.
Años más tarde, concretamente en la temporada 2004-2005, el técnico charro ya vivió desde dentro la pasión del fútbol turco entrenando al Besiktas. "Pasamos aquí ocho meses muy buenos, fue una experiencia fantástica en el club y los recuerdos fueron inmejorables, nos dio muchísima pena irnos de este club", recordaba.