El Barcelona firma una gran remontada ante el Getafe que le permite asestar un golpe casi definitivo (3-1)

(Libertad Digital) Pocas veces habrá disfrutado el Getafe de un inicio tan prometedor, pues a los cuatro minutos ya tenía el botín en las manos gracias al gol de Nano. El ex barcelonista puso la guinda en un contragolpe iniciado por Vivar Dorado y sostenido por Cotelo, en una acción que resumió todas las carencias defensivas del Barcelona. Un balón perdido, la espalda de Gio desguarnecida y una pájara en el marcaje de Belletti propiciaron el gol del Getafe. Poco acostumbrado a jugar cuesta arriba, el Barcelona le puso ganas. Tuvo el balón, pero no encontró inspiración. A ello contribuyó enormemente el Getafe, un bloque consciente de sus limitaciones y dueño de una fe inexpugnable.

La red que Schuster tejió en el centro del campo anuló todos los intentos del Barça. Sin brújula y atascados, los azulgrana no encontraron hueco alguno en la enorme muralla del Getafe. Al mando de Diego Rivas, Nano, Alberto, Cotelo y Vivar Dorado, el equipo azulón se dedicó a asfixiar una y otra vez los intentos del rival. Sólo Giuly se escapó del tono mediocre que su equipo ofreció en la primera parte. El francés pudo empatar en el minuto 8 en un mano a mano con Luis García, pero envió la pelota al palo. A la sombra de Messi y oscurecido por el gran momento de Larsson, es fácil resignarse y desfallecer, pero Giuly sostuvo al Barcelona en ataque. Protagonizó también la jugada del empate, al rematar entre los tres palos un servicio de Gio en un salto largo y sostenido. Pero fue Matellán quien marcó en propia meta en su intento de despejar.

No reaccionó el Barcelona tras el empate y el Getafe se acomodó en su trinchera. Dejó pasar el tiempo plácidamente, alterado sólo por la conmoción que sufrió su portero Luis García en un choque con Eto'o, hasta alcanzar el descanso suavemente. Pero el partido dio un giro de 180 grados en la reanudación. Rijkaard dio entrada a Andrés Iniesta y el panorama se despejó. Para el Getafe, el partido se convirtió en una tormenta y el Barça comenzó a disfrutar. El equipo madrileño se descompuso y no encontró referentes a la hora de replegarse, porque el estático Van Bommel cedió su sitio a un dinámico Iniesta, y el Barcelona empezó a carburar. Había recuperado el mando del partido, el tono de Deco y la inspiración de Ronaldinho.

 

Sólo faltaba acercarse con peligro al área de Luis García y encontrar el camino del gol. Y para ello, nadie como Samuel Eto'o. El camerunés abrió definitivamente el partido culminando un contragolpe de libro: Deco recuperó un balón en la medular, bailó con él y lo envió para Van Bommel. El holandés lo interpretó bien, al primer toque para Eto'o. Y tras una pared con Giuly, a la red del Getafe. Rápido, contundente e inapelable. Con el 2-1 en el marcador, el equipo madrileño se vino abajo y el Barça se gustó. Apareció, por fin Ronaldinho, en el día de su cumpleaños, para hacer de las suyas y dinamizar el partido. El brasileño combinó con Eto'o en el ecuador de la segunda parte para fabricar el 3-1, nuevamente obra del camerunés, que también encontró motivos para la celebración porque ya suma 101 goles en Primera División. De ahí al final, fiesta del Camp Nou que empieza a contar las hojas del calendario para empezar a cantar el alirón.