L D (EFE) Así lo revelaba en una conversación telefónica con el diario francés L'Equipe , al que el doble campeón olímpico de Atenas (1.500 y 5.000) ha hecho partícipe de su preocupación a la hora de afrontar la que parece que será su penúltima temporada. El Guerrouj afronta una temporada competitiva en 2005, para reservarse un 2006 más tranquilo, en el que pueda visitar "todas aquellas reuniones a las que por falta de tiempo" no ha podido acudir, una temporada para "disfrutar, para "compartir emociones".
Antes, el marroquí quiere afrontar el año próximo en la elite del atletismo, pese a que sabe que superar lo que ha logrado este año será muy complicado. El Guerrouj tiene planificada su temporada próxima en busca de sus tres objetivos.
La primera gran cita del marroquí será su reencuentro con el cross, ya que tiene pensado participar a finales de marzo en los Mundiales de esa disciplina que se disputarán en la localidad francesa de Saint-Galmier. "Siempre he adorado el cross. Para mí es como volver a los orígenes, tiene un perfume de adolescencia", asegura el marroquí, quien ha recordado que su última cita con el campo a través se produjo en Amorebieta en 1993.
Competir en cross es una forma de preparar su paso a los 5.000 metros, pero también una manera de afrontar desde los albores de la temporada al que será su gran rival, el etíope Kenenisa Bekele, plusmarquista de la distancia y doble campeón mundial. "No le tengo miedo. Lo único que espero es que los organizadores hagan un recorrido plano y con mucha hierba y el espectáculo será formidable", afirma el marroquí, que podría ver cumplido su deseo, puesto que la prueba podría disputarse en parte en un hipódromo. Como suelen hacer los etíopes Bekele y Gebreselassie, el cross debe permitir a El Guerrouj afrontar mejor los 5.000 metros en la temporada estival, donde se centra su gran reto: batir el récord de la distancia.
El siguiente desafío le llevará a Helsinki, escenario de los Mundiales del año próximo, donde El Guerruj luchará por el oro de los 5.000 y se olvidará de los 1.500, la distancia que más alegrías le ha dado en su carrera. La capital finlandesa vivirá otro gran duelo entre El Guerrouj y Bekele en los cinco kilómetros, que puede ser el último entre los dos africanos, ya que el marroquí tiene previsto pasar a los 10.000 metros al final de la temporada. Imbuido en la preparación del próximo curso, El Guerrouj no quiere pensar en su retirada. "Lo más duro será despertarme una mañana y decirme que ya no soy un atleta, que no tengo que ir a correr", asegura El Guerrouj, que sin embargo confiesa su deseo de ocuparse de su hija, nacida el pasado mes de junio, de "pasar más tiempo con la familia, retomar los estudios, trabajar en el campo social, desarrollar una empresa...".
Sin embargo, el atleta marroquí, galardonado la semana pasada con el premio Príncipe de Asturias de los Deportes, no quiere hablar de su retirada -"porque me hace daño en el corazón"- aunque empieza a concienciarse de que es inminente. Prefiere centrarse en preparar la próxima temporada, una empresa que ha comenzado ya, más pronto que en el pasado, y que intensificará en cuanto termine el Ramadán. El programa de preparación incluye, como es habitual en el magrebí, el paso por el centro de entrenamiento de Ifrane, reputado por su extrema dureza, que comenzará la próxima semana, completado este año con dos meses de preparación en Estados Unidos.
Antes, el marroquí quiere afrontar el año próximo en la elite del atletismo, pese a que sabe que superar lo que ha logrado este año será muy complicado. El Guerrouj tiene planificada su temporada próxima en busca de sus tres objetivos.
La primera gran cita del marroquí será su reencuentro con el cross, ya que tiene pensado participar a finales de marzo en los Mundiales de esa disciplina que se disputarán en la localidad francesa de Saint-Galmier. "Siempre he adorado el cross. Para mí es como volver a los orígenes, tiene un perfume de adolescencia", asegura el marroquí, quien ha recordado que su última cita con el campo a través se produjo en Amorebieta en 1993.
Competir en cross es una forma de preparar su paso a los 5.000 metros, pero también una manera de afrontar desde los albores de la temporada al que será su gran rival, el etíope Kenenisa Bekele, plusmarquista de la distancia y doble campeón mundial. "No le tengo miedo. Lo único que espero es que los organizadores hagan un recorrido plano y con mucha hierba y el espectáculo será formidable", afirma el marroquí, que podría ver cumplido su deseo, puesto que la prueba podría disputarse en parte en un hipódromo. Como suelen hacer los etíopes Bekele y Gebreselassie, el cross debe permitir a El Guerrouj afrontar mejor los 5.000 metros en la temporada estival, donde se centra su gran reto: batir el récord de la distancia.
El siguiente desafío le llevará a Helsinki, escenario de los Mundiales del año próximo, donde El Guerruj luchará por el oro de los 5.000 y se olvidará de los 1.500, la distancia que más alegrías le ha dado en su carrera. La capital finlandesa vivirá otro gran duelo entre El Guerrouj y Bekele en los cinco kilómetros, que puede ser el último entre los dos africanos, ya que el marroquí tiene previsto pasar a los 10.000 metros al final de la temporada. Imbuido en la preparación del próximo curso, El Guerrouj no quiere pensar en su retirada. "Lo más duro será despertarme una mañana y decirme que ya no soy un atleta, que no tengo que ir a correr", asegura El Guerrouj, que sin embargo confiesa su deseo de ocuparse de su hija, nacida el pasado mes de junio, de "pasar más tiempo con la familia, retomar los estudios, trabajar en el campo social, desarrollar una empresa...".
Sin embargo, el atleta marroquí, galardonado la semana pasada con el premio Príncipe de Asturias de los Deportes, no quiere hablar de su retirada -"porque me hace daño en el corazón"- aunque empieza a concienciarse de que es inminente. Prefiere centrarse en preparar la próxima temporada, una empresa que ha comenzado ya, más pronto que en el pasado, y que intensificará en cuanto termine el Ramadán. El programa de preparación incluye, como es habitual en el magrebí, el paso por el centro de entrenamiento de Ifrane, reputado por su extrema dureza, que comenzará la próxima semana, completado este año con dos meses de preparación en Estados Unidos.