Lo de Pizarro. Ancelotti trazó una raya en la arena de la isla del Gallo y Özil dio dos pasos hacia atrás. Claro que el alemán y Bale no son jugadores de características similares pero la llegada de Gareth inyecta más calidad aún de medio campo hacia arriba... y Özil fue suplente en el último partido del Madrid sin necesidad de que el galés hubiera pisado Barajas. ¿Sensación agridulce?... Yo tengo una sensación "dulcidulce" porque Özil se ha ido en primer lugar por dinero y en segundo lugar, y según confesión del propio protagonista, por miedo a competir por un puesto. Bueno, él dijo que pensaba que "no contaba con la confianza del entrenador". Verde y con asas, miedo.

Ayer oí algo muy poético en Radio Marca: "Özil enciende el interruptor del partido mientras que Bale echa la puerta abajo". Puede. Pero como todo en la vida el problema es sin duda alguna el promedio. Si Özil enciende el interruptor de uno de cada diez partidos y Bale echa la puerta abajo en nueve... yo sinceramente me quedo con Bale. Y, por mucho que insistan en ello, Özil no es ni remotamente parecido a Iniesta; yo a Iniesta le he visto decidir partidos, sin ir más lejos la final de un Mundial, mientras que a Özil le he visto mandarla al palo en el partido decisivo. Me quedo con la opinión de Julián Ruiz y creo que este fichaje, y ahora me refiero a Bale, es el mejor del Real Madrid en muchísimos años. Mejor que Figo. Mejor que Beckham. Mejor que Ronaldo.

A Florentino Pérez le llovieron palos ayer por la tarde en cuanto se conoció que Özil tenía pie y medio en el Arsenal. ¿Por cincuenta millones de euros?... Un lacito y a Londres. Es cierto que Mesut es fino, fino, filipino, pero de tan fino que es a veces ha pasado directamente a resultar intrascendente. Y que conste en acta que mi opinión no está marcada por la decisión del jugador, que no es madridista como Bale y que querrá lo mejor para él y para su familia. El miedo es libre. Yo se lo tengo a las serpientes y Özil a Gareth Bale. Y por cierto: no me parece que el momento idóneo para pedir que Özil se quede o para reclamar que Casillas le quite el puesto a López sea precisamente el día de la presentación del segundo futbolista más caro en la historia del fútbol. El público es soberano, sí, pero a veces inoportuno. Lo dicho, Ancelotti trazó una raya y Özil prefirió irse a Panamá con el francés: tres pasos deportivos hacia atrás y uno económico hacia adelante. Que le vaya bien. Y que encienda muchos interruptores.