La Liga es cosa de dos y cada vez las diferencias son más amplias. Los resultados de la jornada del sábado dan buena muestra del abismo que separa a Real Madrid y Barcelona de los otros participantes en la Liga. Ambos llegarán al clásico con la moral alta tras dos goleadas.
El Athletic de Bilbao plantó cara durante muchos minutos y fue un rival incómodo ante un Real Madrid que ha solventado con garantías (5-1) el partido gracias a su gran pegada. Sorprendió mucho el planteamiento agresivo de Caparrós, que creó numerosos problemas a Iker Casillas. Sobre todo, Fernando Llorente, que cuajó un gran partido cuando todos los focos le señalaban por el supuesto interés blanco en hacerse con sus servicios. Sin embargo, el capitán del Real Madrid estuvo genial con varias intervenciones y los delanteros merengues no perdonaron. Higuaín y Cristiano dieron ventaja a la media hora de juego, que no hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego. Sin embargo, cuando parecía que estaba fuera del partido, un gol de Llorente metía a los 'leones' en el partido.
En la segunda mitad, el Athletic continuó creando muchos problemas a los blancos. Seguramente, los bilbaínos han sido el equipo que más ocasiones ha creado al conjunto de Mourinho, que vio el partido desde la grada, en lo que va de temporada. Pero una ingenuidad de Susaeta acabó con el partido. El extremo cometió un inocente penalti a Di María, que convirtió Sergio Ramos para sorpresa de todos. Pero Cristiano quería más y de falta directa anotó el cuarto del conjunto local gracias a un misil que se tragó Iraizoz.
En la recta final, el Real Madrid amplió la cuenta con un nuevo penalti, esta vez sí, trasformado por Cristiano, que lograba otro 'hat trick' emulando a Leo Messi .De esta forma, los blancos llegarán líderes al clásico del próximo lunes y no acusa la presión de los ocho tantos del Barcelona en Almería.
Goleada de escándalo antes del clásico
El Barcelona ha llevado a cabo una auténtica obra maestra en el Juegos del Mediterráneo, donde ha pasado por encima de un Almería que no ha existido en ningún momento (0-8). Ocho goles, que se dice pronto, ha logrado el equipo de Pep Guardiola, que se ha permitido el lujo de reservar a varias de sus estrellas.
El partido comenzó abierto, con oportunidades para ambos conjuntos, pero en ese estilo el Barcelona tiene todas las de ganar. Así, a los 16 minutos, una pared sublime entre Villa y Messi terminó con el primer tanto del argentino. Casi sin darse cuenta el Almería encajaba el segundo, obra de Iniesta. Y a partir de este momento, los goles se fueron sucediendo, con el Barça dando la sensación de que marcaba cuando quería. Acasiete en propia meta, Pedro y Messi de nuevo pusieron el 0-5 en el marcador con el que llegó al descanso.
En la segunda mitad hubo una tímida reacción del Almería, siempre en las botas de Piatti, el único que lo intentó, y que incluso llegó a lanzar un disparo al larguero. Pero Bojan, que había entrado por Pedro (también Xavi e Iniesta fueron sustituidos en el descanso) se encargó de volver a derrumbar a su rival, con un buen tanto tras gran asistencia de Messi. Precisamente el argentino marcó el séptimo, cerrando su triplete particular, y Bojan de nuevo cerró la goleada histórica.
Histórica porque iguala el mejor registro a domicilio del club culé, que databa de 1959, y porque el Almería encaja la mayor goleada desde que está en Primera División. El conjunto andaluz, por cierto, queda muy tocado, en los puestos de descenso y con su entrenador, Juanma Lillo, cesado.
Tablas entre Villareal y Valencia
Antes, Valencia y Villarreal empataron (1-1) en un encuentro vibrante. Se adelantaron los de Emery, en un balón recuperado por Maduro en terreno del Villarreal, que cedió a banda a Joaquín quien sirvió para que Aritz Aduriz, en colaboración con el zaguero local Gonzalo, anotara el 0-1.
El encuentro se convirtió en un monólogo del equipo de Juan Carlos Garrido ante un Valencia que se defendía con todo y buscaba, sin éxito, alguna contra para sentenciar el choque. En ese contexto, el empuje local encontró el premio del gol y del empate, en una rápida acción de Giuseppe Rossi. El italiano se desmarcó con rapidez y sorprendió a los centrales valencianistas para aprovechar un servicio de Bruno y poner de nuevo las tablas en el marcador.
Curiosamente el gol le sentó peor al juego del Villarreal, ya que fue el Valencia el que pasó a dominar y a crear más peligro hasta que una tonta acción de Stankevicius provocó la expulsión del lituano, que dejó a su equipo en inferioridad numérica los últimos diez minutos del partido. El tramo final fue una agonía para el Valencia que se defendió como pudo ante las acometidas de un Villarreal que al final no encontró el premio de la victoria.