L D (EFE) En los últimos meses el Cabezón Sívori estuvo alejado de sus actividades y permaneció en su domicilio de San Nicolás, a 240 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Sívori ha sido considerado uno de los jugadores argentinos de fútbol más brillantes de su generación. Debutó a los 17 años en el River Plate (1954) y con ese equipo fue campeón de Liga en 1955 y 1956. En 1957 fue traspasado a la Juventus de Turín, con la que ganó tres veces la Liga (1958, 1960 y 1961) y dos la Copa de Italia (1959 y 1960). Con el dinero recibido por su ficha, el River terminó la construcción del estadio Monumental. Los emisarios de la Juventus descubrieron a Sívori en la Copa América disputada en Perú en 1957, en la que el futbolista deslumbró a las multitudes en una línea delantera que los argentinos recuerdan como los cara sucias y que recitaban como si se tratara un poema: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz. Argentina ganó aquella competición.
Debido a que contaba con doble nacionalidad, en 1961 obtuvo el Balón de Oro al mejor jugador europeo. Un año antes fue el máximo goleador de la Liga italiana y en 1965 pasó al Nápoles, equipo con el que jugó cuatro temporadas. Tras su retirada fue entrenador de los equipos Rosario Central y River Plate y seleccionador de Argentina. Uno de los encuentros disputados por Sívori que más recuerdan los aficionados de su país -que en ese entonces no recibían imágenes por la televisión y sólo podían leer las crónicas y observar las fotografías días después-, fue el que jugaron en la Copa de Europa de 1962 la Juventus y el Real Madrid con Alfredo Di Stéfano. El Cabezón jugó 18 partidos con la selección argentina y nueve con la de Italia, con la cual participó en el Mundial de Chile'62.
Sívori ha sido considerado uno de los jugadores argentinos de fútbol más brillantes de su generación. Debutó a los 17 años en el River Plate (1954) y con ese equipo fue campeón de Liga en 1955 y 1956. En 1957 fue traspasado a la Juventus de Turín, con la que ganó tres veces la Liga (1958, 1960 y 1961) y dos la Copa de Italia (1959 y 1960). Con el dinero recibido por su ficha, el River terminó la construcción del estadio Monumental. Los emisarios de la Juventus descubrieron a Sívori en la Copa América disputada en Perú en 1957, en la que el futbolista deslumbró a las multitudes en una línea delantera que los argentinos recuerdan como los cara sucias y que recitaban como si se tratara un poema: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz. Argentina ganó aquella competición.
Debido a que contaba con doble nacionalidad, en 1961 obtuvo el Balón de Oro al mejor jugador europeo. Un año antes fue el máximo goleador de la Liga italiana y en 1965 pasó al Nápoles, equipo con el que jugó cuatro temporadas. Tras su retirada fue entrenador de los equipos Rosario Central y River Plate y seleccionador de Argentina. Uno de los encuentros disputados por Sívori que más recuerdan los aficionados de su país -que en ese entonces no recibían imágenes por la televisión y sólo podían leer las crónicas y observar las fotografías días después-, fue el que jugaron en la Copa de Europa de 1962 la Juventus y el Real Madrid con Alfredo Di Stéfano. El Cabezón jugó 18 partidos con la selección argentina y nueve con la de Italia, con la cual participó en el Mundial de Chile'62.