El Racing de Santander y el Sporting de Gijón han querido rendir homenaje este domingo antes del encuentro que les enfrenta en El Sardinero en la tercera jornada de Liga Adelante a Manolo Preciado, exentrenador de ambos equipos que fallecía la madrugada del 6 de junio de un infarto cuando se encontraba en Valencia para ser presentado como nuevo técnico del Villareal.
Entre dos aficiones hermanadas y entregadas en el recuerdo al preparador cántabro, que no dejaron de corear su nombre, se desplegó una pancarta con su imagen. Mientras, en el campo, las banderas del Linares, Alavés, Murcia, Levante, Mallorca, Villarreal, Gimnástica de Torrelavega, Sporting de Gijón y Racing de Santander, equipos en los que militó como jugador o entrenador, fueron desfilando por el césped del Sardinero.
A continuación, los jugadores de ambos equipos y los colegiados del encuentro salieron al campo para tributar un cariñoso homenaje a los familiares de Preciado, su hijo Manu, su viuda Arancha y su hermana Ana. Representantes de todos los clubes presentes en el acto, entre ellos el capitán sportinguista Iván Hernández y su homólogo del Racing, Mario, fueron entregándoles camisetas y objetos conmemorativos. El acto concluyó con un vídeo en el que se fueron sucediendo declaraciones e imágenes del técnico cántabro.
El recuerdo a Preciado siguió durante el partido. En el minuto 55, la Asociación de Peñas del Racing recordó al que fuera futbolista, capitán, entrenador y accionista racinguista con el cántico "se nota, se siente, Manolo está presente". El motivo de la elección de ese minuto es porque es precisamente esa cifra, 55 años, sería la que Preciado hubiera cumplido el pasado martes.
Mal partido
En lo estrictamente deportivo, Racing y Sporting empataron en un mal partido y demostraron que siguen sin tomarle el pulso a la Segunda División agudizándose las carencias que les llevaron al descenso, principalmente en tareas ofensivas. Ni la rivalidad por la proximidad geográfica, ni el interés de los puntos en juego entre dos equipos recién descendidos que han empezado con derrotas su nueva andadura en Segunda, ni la oportunidad de rendir homenaje al recordado Manolo Preciado, animó a la afición cántabra a acudir al Sardinero.
Así, con abundancia de seguidores sportinguistas, a quienes se oía más que a los cántabros, empezó un partido en el que el conjunto asturiano salió dominando y, a balón parado, no tardó en poner a prueba a Mario Fernández, con un disparo de Bilic que el portero cántabro despejó a saque de esquina. A partir de ahí el juego se fue equilibrando, más para mal que para bien, y los dos equipos dieron sobradas muestras de falta de conjunción, con constantes errores en los pases y una gran dificultad para salir con el balón controlado.
Cuando más dormido estaba el partido, a diez minutos del descanso y con los porteros como meros espectadores, Jairo realizó una gran internada por la banda derecha, superando a quienes le salíal al paso, para acabar asistiendo a Saizar, quien falló estrepitosamente en su intento de remate. Una acción que animó a los dos equipos y que precedió a un duro disparo de Mandi, que repelió el larguero. Y también Lora probó fortuna desde fuera del área, con intención pero sin colocación.
Tras el descanso, una desafortunada salida de Juan Pablo le pudo costar encajar un gol al Sporting, pero aunque Saizar estuvo listo para arrebatarle el balón junto a la banda, el consiguiente disparo del delantero no encontró la portería que estaba vacía. Después de otra media hora de mal juego por ambos equipos, el marfileño Koné, en su primera intervención, aprovechó un falló de control del Sporting, en el centro del campo, y ganó en carrera a la defensa para plantarse solo ante Juan Pablo, que le adivinó la intención.
Al final cántabros y asturianos firmaron un empate con el que estrenaron sus respectivos casilleros de puntos y demostraron que aún les queda mucho para alcanzar el nivel que, más por nombre que por plantilla, se espera de ellos.