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El Real Madrid busca un triunfo vital y el Barça dar otro mazazo

Tomic fue el mejor en el primer partido, mientras que Nachbar le ganó claramente el duelo de cuatros a un irreconocible Mirotic.

Tomic fue el mejor en el primer partido, mientras que Nachbar le ganó claramente el duelo de cuatros a un irreconocible Mirotic.

La victoria del Barcelona en el primer partido de la final, en el Palacio de Deportes de Madrid (93-98), ha dado un vuelco casi total a la situación y ha dejado a un Real Madrid herido que apunta a la defensa como único medio de igualar la eliminatoria y llegar al Palau con opciones de defender el título.

Con la cabeza todavía en caliente y nada más terminar el partido, todos los jugadores madridistas apuntaron a la defensa, sobre todo en el primer cuarto, como causa de sus males. El diagnóstico no es nuevo y, pese a los progresos efectuados a lo largo de la temporada en este apartado táctico, el Real Madrid ha tenido diversos partidos en los que la falta de empuje y actitud en defensa les ha puesto las cosas muy complicadas.

Le ocurrió contra el CAI Zaragoza y contra el Unicaja, aunque en ambos casos salvó la papeleta, y le pasó el jueves contra el Barcelona, un rival de más entidad que supo sacar ventaja de esta situación y que acabó ganando y recuperando el factor cancha, que ahora obra en su poder. "Llegar a Barcelona con un 0-2 podría el título casi imposible. No tenemos otra opción que levantarnos e intentar ganar el partido", declaró Rudy Fernández a la conclusión del primer choque.

Defensa al margen, una cuestión de equipo que Pablo Laso intentará, a buen seguro, reconducir. El Real Madrid llega a este final de temporada con evidentes síntomas de agotamiento físico y mental y sólo con los Sergios (Llull y Rodríguez) y Rudy Fernández tirando del carro, con aportaciones más o menos fijas de Felipe Reyes y Tremmell Darden.

Un leve fogonazo de Jaycee Carroll y otro de Salah Mejri le bastaron al Madrid para tener opciones de victoria, pero no para materializarlas ante un Barcelona más vivo, más metido en el partido y espoleado por el varapalo de la Euroliga ante su eterno rival.

La ausencia de Nikola Mirotic es especialmente grave desde hace un par de meses, sobre todo en defensa. En ataque puede estar más o menos acertado en el tiro, muy poco últimamente, pero el hispano-montenegrino ha renunciado, además, a jugar en el poste bajo, donde marca diferencias en la Liga. En defensa, diciéndolo sin paliativos, es una auténtica rémora para el equipo. De ahí que ayer apenas jugara catorce minutos.

El Barcelona, sabedor de que con su estilo de juego habitual nada tiene que hacer ante este Real Madrid de rachas, cambió su cara. Fue más agresivo, más rápido, más valiente en ataque y los frutos los recogió en el primer envite. Pero la serie es larga y los playoffs cambiantes. El Real Madrid está ahora contra las cuerdas y necesita reaccionar sí o sí. Ni su entregada afición, a lo largo de la temporada, entendería una derrota por la vía rápida, y menos ante el Barcelona.

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