Que los últimos años de Joseph Blatter al frente de la FIFA han estado, por diversos motivos, bajo sospecha, no es nada nuevo. Desde sus esperpénticas declaraciones (o actuaciones) relacionadas con el Balón de Oro, hasta por supuesto la elección de los Mundiales de Rusia en 2018, y especialmente, de Qatar en 2022. Este último, un torneo que podría requerir de la modificación de los calendarios de entre tres y cuatro temporadas, por la imposibilidad de jugar en verano en el país asiático dadas las altas temperaturas que allí se darían, han generado siempre una incesante polémica, no sólo por los resultados de dichas declaraciones o decisiones, sino por lo que podía haber detrás de las mismas.
Recientemente, otro escándalo más ha saltado a la palestra. Una investigación del New York Daily News ha revelado que Chuck Blazer, que fuera Secretario General de la Concacaf (Confederación de Fútbol de Norte y Centroamérica y el Caribe) hasta 2012, podría haber ejercido como confidente del FBI en reuniones de las más altas esferas de la FIFA y durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En ellas, introdujo un micrófono a fin de evitar su ingreso en prisión, ya que Blazer está acusado, entre otros turbios asuntos, de evadir casi veintinueve millones de dólares durante sus veinte años como alto ejecutivo en el fútbol mundial. Un tiempo en el que el neoyorquino llevaba una vida, a todas luces, extravagante, cargando gastos de su tarjeta a la Concacaf. Por dicho motivo, Blazer fue suspendido de sus cargos como gestor en 2013.
Concertaba reuniones privadas
Así, antes de viajar a Londres con motivo de los Juegos Olímpicos, y según revela el Daily News, ya bajo la tutela del FBI, Blazer trató de concertar citas con altos ejecutivos del balompié americanos, rusos, húngaros y australianos. Con ello, buscaba mantener reuniones privadas en la capital británica, que serían fiscalizadas por la policía estadounidense, en una gran operación contra la corrupción en los niveles más elevados del fútbol mundial, si bien no todos ellos aceptaron finalmente la reunión con Blazer, siempre en base a la información del rotativo estadounidense.
Además, Blazer habría entregado a los investigadores una lista confidencial de cuarenta y cuatro altos ejecutivos de la FIFA, en la que se incluye el nombre del Presidente Joseph Blatter, que respondía a todos aquellos teléfonos y emails que el ex mandamás de la Concacaf consideraba que debían ser vigilados por el FBI.
Sin duda que, de confirmarse, podría salpicar próximamente a Blatter, ahora que el suizo parece que debería estar encarando sus últimos años al frente del máximo estamento del fútbol internacional.