Ha muerto Ignacio Zoco, icono del Real Madrid conocido como ye-yé en la década de los 60, que ganó la sexta Copa de Europa para el conjunto blanco en 1966.
Sin duda, uno de los mejores jugadores del fútbol español (también conquistó la primera Eurocopa para la selección española en 1964).
Libertad Digital tuvo el placer de entrevistarle hace diez meses, a finales de noviembre de 2014, con motivo de la sección Leyendas del Deporte, que realiza el redactor jefe de deportes de este periódico, Guillermo Domínguez.
Además de repasar su carrera, Zoco también analizaba la actualidad del fútbol, hablando del Real Madrid, de la selección española, de Alfredo di Stéfano, de Cristiano Ronaldo y de un Iker Casillas que todavía vestía de blanco antes de su marcha al Oporto el pasado verano.
Descanse en paz Ignacio Zoco.
En la pequeña localidad navarra de Garde, enclavada en el Valle del Roncal, pocas cosas se podían hacer en la década de los 40, en plena posguerra. E Ignacio Zoco Esparza (31 de julio de 1939), el cuarto de cinco hermanos, se "hinchaba a jugar a la pelota" en el frontón del pueblo para matar el tiempo en sus ratos libres.
Fue años más tarde en Pamplona donde el joven Ignacio, ya mocetón, empezó a descubrir el fútbol. Sus amigos aprovechaban los domingos para ir a ver jugar a Osasuna, así que Ignacio le dijo un buen día a su tía que él también quería ir al campo de San Juan. "¿Tú al fútbol?". "Sí, tía". Y Zoco, tras convencer al fin a María, la hermana de su padre, pudo ir a ver un partido de fútbol: un Osasuna-Sabadell en el que ganaron los rojillos por 6-2. Ignacio quedó prendado: ahí tuvo su primer flechazo con el balompié y se forjó lo que sería la exitosa carrera de uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol español.
Roncesvalles, Oberena, Iruña y Osasuna fueron los equipos de la tierra en los que militó Zoco antes de desembarcar en el Real Madrid, en la temporada 1962/63. Para entonces, el joven jugador navarro ya había jugado con la selección española, a la que llegó de la mano de Pedro Escartín, y allí pudo conocer a los Di Stéfano, Puskas, Gento, Del Sol o Ramallets, entre tantos otros.
Así que la llegada de Zoco a Chamartín -un año después de su amigo y paisano Félix Ruiz- no fue "tan fuerte", como él mismo relata, pues ya había compartido vestuario y césped con las estrellas. El navarro, ya con 23 años, se ganó pronto al público madrileño con su entrega en el campo, y los éxitos tampoco tardarían en llegar. Tras ganar la Eurocopa de 1964 con la selección ante la URSS, en una diluviosa tarde en el Bernabéu que quedó marcada por el gol de Marcelino, Ignacio Zoco fue uno de los artífices del Madrid yé-yé que ganó la sexta Copa de Europa para el club tras derrotar al Partizán de Belgrado en Heysel en 1966. Junto a él, los Gento, Amancio, Pirri, Velázquez, Grosso, Manolo Sanchís padre, De Felipe, Fernando Serena… Eran los últimos coletazos futbolísticos de Puskas, que no jugó aquella final, y en el equipo ya no estaba Di Stéfano, que dos años antes había salido del Real Madrid, de aquella manera, tras un tira y afloja con Don Santiago Bernabéu.
Además de la Copa de Europa, Zoco también ganó siete ligas y dos Copas del Generalísimo con el Real Madrid después de doce temporadas, amén de haber marcado 17 goles en 434 partidos con la camiseta blanca. Buenos números para un jugador que se desempeñaba principalmente como mediocentro, aunque luego fue reconvertido por Miguel Muñoz a defensa central.
En una de esas Copas, la de 1974, se vivió lo que el jugador de Garde define como "el gesto más bonito del fútbol español": en la final contra el Barcelona (4-0), en lo que era su despedida oficial de los terrenos de juego, Zoco entró al campo en el minuto 84 sustituyendo a Ramón Grosso, que le había cedido el brazalete de capitán para que recogiera el trofeo. Algo que a Zoco le quedó grabado para siempre.
Tras colgar las botas, Ignacio Zoco fue delegado de Deportes del Gobierno de Navarra por la UCD y ocho años después, en 1982, regresó al Madrid como directivo del Castilla. Ya en 1996, con Lorenzo Sanz como presidente, el navarro asumió el cargo de delegado del equipo hasta 1998, cuando fue sustituido por Chendo. En los últimos años ha sido vicepresidente de la Asociación de Veteranos del Real Madrid hasta que en septiembre pasado fue nombrado presidente de la asociación, sustituyendo en el cargo a un Alfredo di Stéfano que había fallecido dos meses atrás.
Al margen de su carrera deportiva, Zoco también fue protagonista de la prensa rosa por su relación con la cantante María Ostiz, con la que se casó en 1969 -en plena madurez de su carrera futbolística-, en una íntima ceremonia en Navarra a la que no acudió ningún jugador madridista.
Muchas páginas de gloria se han escrito sobre aquel brillante Real Madrid y sobre el bregador exfutbolista navarro, que abre a Libertad Digital las puertas de la que es su casa desde hace medio siglo, el estadio Santiago Bernabéu. En una distendida charla de algo más de media hora, el hoy presidente de la Asociación de Veteranos repasa su exitosa a la par que dilatada carrera, y también habla del Madrid de Ancelotti y de la selección española de Vicente del Bosque.
Una delicia escuchar a toda una voz autoridada en el fútbol como es Ignacio Zoco...