El Atlético de Madrid y su cuerpo técnico están muy preocupados por el choque amistoso que, si nada cambia, tendrán que disputar en Turquía el próximo 6 de agosto ante el Galatasaray. El club ya tenía cerrado este encuentro antes de los últimos acontecimientos que han tenido lugar en el país otomano, pero el último intento de golpe de estado en el país ha encendido las alarmas.
Simeone y su equipo entienden que es innecesario correr riesgos de cara a un partido no oficial y que sólo está enmarcado en la preparación de la temporada. Si fuese por ellos, el encuentro no se jugaría y habría que buscar una alternativa para no perder un partido en el planning diseñado para la pretemporada.
El choque en Turquía, en caso de disputarse finalmente, está insertado entre el regreso del equipo de Australia, donde jugarán el 29 de julio ante el Tottenham y el 31 frente al Melbourne Victory, y la disputa del torneo Ramón de Carranza. El Atlético jugaría 3 partidos en nueve días sin contar el torneo gaditano que arranca el 12 de agosto.
Aún se desconoce si los rojiblancos renunciarán al partido en Estambul, pero por si acaso la coordinación entre el club y el Ministerio de Asuntos Exteriores se antoja vital para evitar cualquier problema y calcular los riesgos que puede suponer trasladar a la expedición madrileña a una ciudad que actualmente tiene un margen de seguridad bastante escaso.
En septiembre del año pasado el Atlético ya visitó Turquía enfrentándose precisamente al Galatasaray en la fase de grupos de la Champions. El resultado fue de 0-2 para los rojiblancos. En esas fechas la situación era mucho menos preocupante que la que se vive actualmente.