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¿Murió Bob Marley por el fútbol?

En muchas ocasiones se ha apuntado a que su muerte se produjo tras una lesión jugando al fútbol, pero lo cierto es que ésta pudo salvarle.

En muchas ocasiones se ha apuntado a que su muerte se produjo tras una lesión jugando al fútbol, pero lo cierto es que ésta pudo salvarle.
Bob Marley, durante uno de sus clásicos partidillos. | Archivo

Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre la teoría de que la muerte de uno de los iconos musicales de los años 70 Bob Marley vino a causa de un partido de fútbol. Pero, ¿fue realmente así? ¿Por qué se dice que murió por un partido de fútbol? ¿Fue el partido la causa, o pudo ser la salvación?

La realidad es que Robert Nesta Marley Booker, más conocido como Bob Marley, falleció el 11 de mayo de 1981, a la edad de 36 años, a causa de un melanoma en su piel que produjo metástasis en sus pulmones y cerebro.

A partir de ahí, en más de una ocasión se ha señalado que la causa de su muerte fue por un partido de fútbol. Todo porque, al parecer, el melanoma se habría producido mientras practicaba su deporte favorito. Marley amaba jugar al fútbol. Osvaldo Artiles era su futbolista preferido. Al jamaicano le encantaba jugar partidos como manera de desconectar de su vida repleta de fama.

Solía organizar pachangas, ya fuera en su casa o en los países en los que estuviera de gira, y nunca faltaban famosos e incluso futbolistas profesionales en las mismas. "Si quieres llegar a conocerme, tendrás que jugar al fútbol contra mí y los Wailers", respondió en una ocasión a un periodista.

Y jugando uno de esos partidillos que solía organizar fue cuando comenzó todo. Durante el encuentro ante periodistas británicos en Battersea Park, Londres, recibió un pisotón involuntario de Danny Baker, de la revista ‘Rock and Folk'. Aquello le provocó una grave herida en uno de los dedos de su pie derecho. Al principio no le dio mayor importancia. De hecho, tras parar unos minutos siguió jugando. Pero cuando, unos días después, vio que la herida se iba poniendo cada vez más fea, decidió acudir al doctor.

Fue entonces cuando le fue descubierto un melanoma acral lentiginoso. ¿Fue aquel golpe el que originó todos los problemas? ¿O fue más bien al contrario, la advertencia que casi le salvó la vida? Todo parece indicar que se trata más bien de lo segundo, que fue el golpe el que permitió descubrir el melanoma maligno mucho antes de lo que se hubiera descubierto de no recibir aquel golpe.

El aviso le llegó mediante el balón de fútbol, pero Bob Marley lo ignoró. Le indicaron que lo más recomendable era amputar el dedo, pero se negó en rotundo. "Los Rastafaris no debemos permitir que separen una parte de nuestro sagrado cuerpo", respondió a los médicos.

Intento a la desesperada

Transcurría el tiempo, y parecía que le daba la razón a Bob Marley, que no había vuelto a sentir absolutamente nada. Hasta que, a finales de 1980, dos años y medio después de aquel partido, de aquel aviso, cayó al suelo desplomado cuando había salido a correr. En el hospital descubrieron que el cáncer había avanzado en su metástasis al cerebro, pulmones, hígado y estómago.

Cuando veía que le llegaba la última hora, abandonó todos sus ideales de vida en un intento desesperado por sobrevivir. Permitió, a pesar de todo, que le dieran radioterapia; apostó por un médico que le aplicó brujería; otro que había sido comandante de las SS y del que se decía que hacía milagros; le hicieron transfusiones de sangre, inyecciones e infiltraciones de dudosa seguridad... pero ya no había nada que hacer. Bob Marley fallecería el 11 de mayo de 1981, a la edad de 36 años.

Lo hizo casi en el avión, regresando a casa, a Jamaica. Y recibió un funeral de estado que combinó elementos de la Iglesia ortodoxa etíope con los de la tradición Rastafari. Fue enterrado con su guitarra Les Paul dorada, unos brotes de cannabis, un anillo, una Biblia y, por supuesto, un balón de fútbol.

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