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Peter Storey, la leyenda del Arsenal que terminó en la cárcel

Su desempeño defensivo cambió el rumbo del Arsenal después de muchas temporadas en blanco. Tras su retirada, perdió el control de su vida.

Su desempeño defensivo cambió el rumbo del Arsenal después de muchas temporadas en blanco. Tras su retirada, perdió el control de su vida.
Peter Storey, durante un partido con el Arsenal. | Archivo

El Arsenal es este año el equipo de modo en el fútbol inglés. Después de varias temporadas alejado de los focos, este curso se está mostrando como un líder solvente. Más después de su victoria en la visita al Tottenham, lo que unido a la derrota del City ante su vecino deja al equipo dirigido por Mikel Arteta con ocho puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor.

Evidentemente, los aficionados gunners sueñan con alzarse con el título de liga. Un título de liga que tan solo han alcanzado en seis ocasiones en los últimos 70 años. Las referencias al equipo de Los Invencibles son inevitables. También a aquel que rompió con todo a principios de los años 70 del siglo pasado.

Un equipo que brillaba por su fiabilidad defensiva. Y al timón de aquel aguerrido conjunto se encontraba uno de los personajes más icónicos, pero también más irreverentes, de la historia del Arsenal. Peter Storey.

Leyenda gunner

Nacido en Londres el 7 de septiembre de 1945, en 1961 pasó a formar parte de las categorías inferiores del Arsenal. No se le vaticinaba un gran futuro en el club, pero a base de tesón y sacrificio -quizá sus dos mayores virtudes- y coincidiendo con una mala racha de los gunners, en 1965 se produciría su debut en el primer equipo.

Ya nadie le sacaría de ahí. 12 temporadas como titular indiscutible, en las que conocería lo más granado, pero también lo más indeseable, del fútbol.

Peter Storey alternaba la posición de lateral derecho con la de medio centro defensivo. Siempre con un rasgo por bandera: la dureza en su juego. No en vano, sería conocido como ‘the hatchet man’. El leñador. No hace falta decir nada más.

Tras varias temporadas en las que el Arsenal llegaría incluso a coquetear con el descenso, a finales de la década de los 60 el equipo dio un importante salto de calidad de la mano del técnico Bertie Mee. Y de la mano, por supuesto, de una férrea defensa, en la que Peter Storey era pieza clave, independientemente de la posición en la que se desempeñara.

A pesar de que el equipo fuera tildado en más de una ocasión de "Boring Arsenal", en 1971 el Arsenal conseguiría romper una racha de 18 años en blanco, y conseguir su octava liga inglesa. No solo eso: aquel magnífico año consiguió un histórico doblete, al conquistar también la FA Cup. Era el primer doble te en toda su historia (en el 98 y en 2002 conseguiría los otros dos que los gunners tienen en su haber).

Por todo ello, aquel equipo del Arsenal está considerado uno de los más grandes de todos los tiempos. Y Peter Storey, una de sus piezas clave. Tal vez no era el mejor futbolista –ese honor le podría corresponder a Kennedy o a George Graham–, pero son muchos los que coinciden en que sin su presencia en tareas defensivas, y sin su carácter que contagiaba al resto del equipo, aquel éxito no hubiera sido posible.

Sus actuaciones en el Arsenal, con el que llegaría a disputar hasta 501 encuentros, le valdrían para ser también un habitual en las convocatorias de la selección inglesa de fútbol. En total, disputaría 19 partidos como internacional.

A la deriva

Tras un breve paso por el Fulham, donde coincidiría con George Best, Peter Storey abandonaría el fútbol definitivamente en noviembre de 1977.

Comenzaba entonces su otra vida. La vida que le llevaría a las profundidades del abismo. La vida que, probablemente, hubiera desempeñado desde mucho antes de no ser por el fútbol.

Sólo unos meses después llegaba su primer arresto. Peter Storey estaba vinculado a una banda criminal londinense que se dedicaba, entre otras, a la falsificación de monedas. Se usaba su vivienda y su pub como almacén. Quedó en libertad bajo fianza, a la espera del juicio.

Por si no fuera suficiente, en ese periodo decidió montar un prostíbulo. Y volvería a ser detenido.

Cuando llegó el juicio, Storey fue condenado a tres años de cárcel por la falsificación de monedas, y otros seis meses por regentar el prostíbulo.

Y mientras estaba en prisión, le cayó un año más por haber robado dos vehículos de la empresa de taxis para la que trabajaba.

En total pasaría casi cinco años entre las prisiones de Wandsworth y Spring Hill.

No sería su última detención. En 1990 fue cazado mientras intenta introducir pornografía a Inglaterra en las ruedas de su coche. Un mes más entre rejas.

Sería su última vez en prisión. Pero aquello ni significaba el final de la delincuencia. O al menos no el de su relación con ella. Porque al salir de la cárcel comenzó a trabajar como chófer de Tommy Adams, líder de una banda criminal vinculada con tráfico de drogas. Al menos, tuvo tiempo para cambiar de jefe antes de que Addams ingresara en prisión.

Pero no de trabajo. Tras mudarse a Turquía, pasó a ser el chofer de Hamad bin Khalifa Al Thani, el Emir de Qatar después de deponer a su padre en 1995 con un golpe de Estado. Fundador de Al Jazeera. Y fundador también de Qatar Sports Investments, el fondo que compró el Paris Saint Germain en 2011.

"Nunca fui una mente maestra para el crimen" escribiría en su autobiografía 'True Storey: My life and crimes as a football hatchet man'. Sus continuos pasos por prisión así lo atestiguan. Su incapacidad de corregirse hasta la recta final de su vida, también.

Hoy, a sus 77 años de edad reside en Toulouse, Francia, junto a su cuarta esposa. Vendió todas sus medallas y recuerdos de su etapa como futbolista para tener el dinero suficiente para su vejez.

Los aficionados al fútbol, al menos aquellos del Arsenal que hoy sueñan que reverdecer viejos días de gloria, prefieren recordarle como aquel persistente futbolista que contribuyó a vivir una de las etapas más doradas en la historia de su equipo.

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