El increíble gesto deportivo del Rangers del que debió tomar nota el Betis

En el fútbol hay reglas no escritas. Una de las más antiguas y que aún perdura en el tiempo es la de devolver el balón al equipo rival cuando la tira fuera para que las asistencias médicas atiendan a un jugador.

Esta situación, que ya no se ve tanto como antes porque ahora los equipos avisan de que el que debe parar el partido es el colegiado, vivió uno de los momentos más surrealistas que se recuerdan este fin de semana en la Copa de Escocia. Se medían el Rangers FC y el Partick Thistle.

Un jugador del Rangers, Malik Tillman, se hizo daño en una acción con dos rivales mediada la segunda mitad cuando el resultado era de empate a 1. El Rangers mandó la pelota fuera para que su delantero fuera atendido. Había recibido un doloroso pisotón de manera fortuita. Tras recibir los cuidados médicos, el partido se reanudó. Sacó de banda el Partick Thistle que se disponía a devolver el balón a su rival cuando el propio Tillman le robó el esférico al zaguero, se dirigió a la portería, regateó al portero y puso el 2-1 en el marcador.

Tras el tanto, los jugadores del Partick Thistle se sintieron estafados por el delantero estadounidense y se encararon con él. Uno de los códigos no escritos más sagrados del mundo del fútbol acababa de romperse y eso en el fútbol británico son palabras mayores. El partido se detuvo durante varios minutos donde reinaba el desconcierto generalizado. El técnico del Rangers, Michael Beale, en una decisión que está dando la vuelta al mundo, ordenó a sus pupilos que se dejaran meter un gol para corregir lo que él consideraba una tremenda injusticia. El Partick Thistle sacó de centro y Tiffoney condujo el balón hasta marcar a puerta vacía y poner el 2-2.

Tillman, el jugador que genero toda la controversia, fue sustituido de inmediato y se llevó una buena bronca de su entrenador. La imagen del técnico del Partick Thistle, Ian McCall, acercándose a darle la mano para agradecer el fair play a Beale quedará para el recuerdo.

El Rangers terminó ganando el duelo copero con un postrero tanto de Sands en el minuto 86 que dio la clasificación al conjunto protestante para los cuartos de final, pero se llevó mucho más que el pase copero, consiguió el reconocimiento de todo el mundo del fútbol por su enorme gesto de juego limpio.

El Betis se la hizo al Celta en Copa

En España tenemos un precedente copero que recuerda al caso que se vivió en Escocia aunque tuvo un final muy distinto. Corría el año 1997 y Betis y Celta se enfrentaban en el Villamarín en la ida de las semifinales de la Copa del Rey. En un partido intenso, igualado, el equipo verdiblanco que por entonces entrenaba Serra Ferrer se impuso por 1-0 con un gol que generó numerosa polémica. El Betis decidió no devolver un balón que tiró fuera el Celta para que atendieran a Merino -el padre del actual jugador de la Real Sociedad- marcó el único tanto del partido. Un gol que terminó siendo clave en la eliminatoria -en la vuelta en Vigo el resultado fue de 1-1- y en el pase a la gran final copera.

Nenad Bjelica fue el protagonista de una de las acciones que más han dolido en Vigo. Decidió no devolver el balón al Celta, tiró una pared con Alfonso y sin oposición ante unos jugadores olívicos atónitos marcó un golazo. Nenad se excusó, tiempo después "Analizando todo lo que pasó, ahora volvería a hacer lo mismo. Recuerdo que llevaban 50 o 60 minutos perdiendo tiempo, la afición estaba harta y yo asumí la responsabilidad de no devolverla".

El Betis, que lloró de lo lindo hace escasamente una semana por el teatro de Iago Aspas en el descuento del partido que enfrentó a ambos equipos en el Villamarín y que terminó con la victoria por 3-4 de los de Carlos Carvalhal, no debería olvidar que un martes santo de 1997 protagonizó una de las acciones más sucias y rastreas que se recuerdan en el fútbol español y que resultó clave para meterse en toda una final de Copa.