El maximo dirigente del FC Barcelona femenino, Xavier Puig, besó en la boca la jugadora noruega Ingrid Syrstad tras ganar la final de la Copa de la Reina. Lo cierto es que la jugadora logró escabullirse in extremis dejando ver, al instante, en su gesto un evidente desagrado por lo sucedido, a diferencia del caso de Jennifer Hermoso que no mostró rechazo hasta cinco días después. Sin embargo, ninguna jugadora del FC Barcelona alzó la voz ni mucho menos renunció a jugar en el equipo por este hecho, como sí lo han hecho con la selección española. Tampoco hubo campaña político-mediática, lógicamente porque ninguna ‘feminista oficial’ de la política ni del periodismo vio este partido y probablemente ni siquiera conozcan la existencia de esta competición.
Antes de subir el tweet analicé el vídeo, y a cámara lenta se ve como prepara la boca para darle el beso.
Además, la jugadora sí pone cara de que no le ha gustado nada.Cosa que no pasa con Jenni, que ha tardado 5 días en darse cuenta de que era algo más que una anécdota. pic.twitter.com/MlPf1eBlI2
— Mr. Jones (@Mr_Jones_k) August 26, 2023
Las mismas jugadoras del FC Barcelona femenino son las que han protagonizado los principales conflictos en la selección nacional, desde el boicot a Jorge Vilda, el seleccionador que ha llevado al equipo a ganar el Mundial y ahora, tras el triunfo que muchas de ellas tuvieron que ver desde su casa, en la campaña de agitación y propaganda desatada por el beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso durante la entrega de medallas tras la la consecución del campeonato del mundo.
Una campaña orquestada por la todavia ministra Irene Montero, con Yolanda Díaz tratando de robarle protagonismo y muy especialmente por un sindicato llamado Futpro, creado hace dos años por una abogada feminista con el único propósito indisimulado de utilizar a las jugadoras y al fútbol femenino para este tipo de campañas de agitación ideológica, en las que el futuro profesional de las deportistas y del propio fútbol femenino es, evidentemente, lo de menos.
El beso culé fue en la final de la última edición de la final de la Copa de la Reina, partido que se disputó, como es habitual en el fútbol femenino, con un palco de autoridades desangelado en el que no estaba ni la propia Reina Letizia que da nombre a la competición ni el ministro Miquel Iceta ni, por supuesto, Yolanda Díaz, Irene Montero ni ningún representante de los partidos políticos de extrema izquierda tan preocupados ahora por el devenir del fútbol de mujeres. Tampoco se vio en las gradas a periodistas y opinadores de toda condición que estos días campan por los medios de comunicación haciendo gala de un enorme interés por este deporte y aleccionado a la gente de la importancia de apoyar a las mujeres que juegan al fútbol.