El Barcelona, experto en destruir leyendas: de Romario o Rivaldo a Xavi

El Barcelona suele dejar la imagen de alguna de sus leyendas por los suelos.

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Romario

Llegó al Barça en 1993 y firmó un contrato por dos temporadas, pero sólo estuvo dos. Formó parte del Dream Team. Salió peleado con la directiva.

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Schuster

Acabó en Madrid y Atlético. Eso lo dice todo. Tras 8 temporadas en el club culé acabó con problemas con compañeros, afición y club.

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Rivaldo

Llegó del Deportivo de La Coruña el último día del mercado y fue la gran estrella del Barcelona. Como pasó con otros brasileños, las críticas y las exigencias del club acabaron minando al jugador.

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Ronaldo

Hizo un año tremendo llegando del PSV Eindhoven y dejó golazos como aquel mítico ante el Compostela. Solo estuvo un año en Barcelona por las malas relaciones con club. Acabó en Italia y luego en el Real Madrid.

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Luis Figo

La mayor traición de la historia del Barcelona, dicen en la Ciudad Condal. Gaspart no se creyó que Figo podía ir al Real Madrid y no mimó al portugués para que se quedase. Acabó de blanco ganando títulos.

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Ronaldinho

No le cuidaron y dejaron que las críticas le hicieran infeliz. El club solo defendió al jugador cuando su rendimiento fue sublime. Fue la estrella absoluta antes de Messi y acabó saliendo por la puerta de atrás.

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Maradona

El propio Maradona llegó a declarar que el Barcelona, como club, había maltratado a jugadores como él, Rivaldo, Romario o Ronaldinho. El Pelusa tuvo claro que el trato hacia él fue malo. Habló de celos.

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Pep Guardiola

No como entrenador, pero sí como jugador. Fue pitado. Tiren de archivo para verlo. Tras diecisiete temporadas como azulgrana -once de ellas en el primer equipo- hizo las maletas para marcharse al Calcio, donde tuvo aquel episodio de la nandrolona.

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Samuel E´too

Su fuerte carácter y algún que otro problema con club y vestuario hizo que E´too no saliese bien de un Barcelona al que le dio dos Champions.

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Ronald Koeman

El héroe de Wembley con el gol que le dio la primera Copa de Europa al Barcelona. Aún así, su paso por los banquillos acabó en caos y de muy malas maneras.