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El partido patriótico de la selección ante Finlandia con el que el régimen de Franco reclamó Gibraltar en 1969

Trigésimo octavo artículo de Historias de Fútbol, de la mano de CIHEFE, recordando la goleada de España a Finlandia en octubre de 1969.

Trigésimo octavo artículo de Historias de Fútbol, de la mano de CIHEFE, recordando la goleada de España a Finlandia en octubre de 1969.
Alineación de la selección española frente a Finlandia (6-0), el 15 de octubre de 1969. | CIHEFE

A finales de la década de los años 60 del pasado siglo, y tras una consulta a sus habitantes, abrumadamente favorable a mantener el vigente statu quo, el Reino Unido aprobó una nueva constitución para Gibraltar que incluía la formación de un gobierno autónomo.

De modo que, a guisa de represalia, el 8 de junio de 1969 Franco ordenó el cierre de la verja que daba acceso por tierra al Peñón, así como la suspensión de todas las comunicaciones con éste, tanto terrestres como aéreas y marítimas, e incluso las telefónicas y telegráficas, dejándolo completamente aislado del continente. Ello trajo como consecuencia que los españoles que trabajaban diariamente en Gibraltar, cerca de cinco mil, perdieron automáticamente sus empleos, sumiendo a la comarca vecina —ya no muy boyante económicamente— en una profunda depresión.

Con vistas a paliar de algún modo las graves repercusiones de tan drástica medida política, el gobierno franquista decidió intervenir para animar el cotarro, acometiendo una serie de obras públicas que viniesen a paliar en lo posible ese paro forzoso. Y una de esas actuaciones oficiales fue la creación de un complejo deportivo que llevaría —como tantas otras cosas en el país— el nombre del Generalísimo.

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Estadio de La Línea de la Concepción. | CIHEFE

Y dentro de dicho complejo la joya de la corona iba a ser la construcción de un estadio con capacidad para albergar a 20.000 espectadores, cuyo nombre recordaría la memoria de José Antonio (Primo de Rivera, naturalmente…). La instalación se terminó en un tiempo récord, entre el verano del 69 y las primeras semanas de otoño, y la Superioridad decidió que se inaugurase por todo lo alto, con un partido de la Selección Española de futbol correspondiente a la fase previa del Campeonato del Mundo que se celebraría en México al año siguiente, 1970.

España, ausente de México’70

Sin embargo, aquella fase de clasificación para el Mundial azteca había sido desastrosa en lo referente a nuestra selección, dirigida por un médico gallego, el doctor Eduardo Toba —que no obstante era un hombre de fútbol, avalado por una larga experiencia en los banquillos—. Puesto que cuando solo se había disputado la mitad, tres partidos, España estaba ya matemáticamente descartada (Bélgica, que lideraba la clasificación, ya había jugado cinco, encuentros, siendo ya su puntuación inalcanzable para los nuestros). El grupo lo componían, junto a españoles y belgas, Yugoslavia y Finlandia, que era la cenicienta, y solamente accedía a la cita mundialista la selección clasificada en primer lugar.

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El portero Miguel Reina. | CIHEFE

En teoría el adversario más fuerte eran los balcánicos, recientes subcampeones de la Eurocopa, tras ser derrotados por Italia en una final romana que necesitó de dos encuentros para proclamar un vencedor (las tandas de penaltis aún no se había puesto de moda). Y no empezó mal nuestra participación, puesto que en Belgrado se cosechó un meritorio empate a cero. Pero pronto vinieron las curvas. En diciembre del 68 Bélgica nos igualó en Madrid, y ya en febrero del 69 nos derrotó en Lieja por 2-1, en un duro y polémico partido. El doctor Toba dimitió, siendo sustituido por un triunvirato formado por los entrenadores de los tres equipos que comandaban en aquel momento la tabla de Primera División: Miguel Muñoz (Real Madrid), Luis Molowny (Unión Deportiva las Palmas) y Salvador Artigas (FC Barcelona).

Tras un par de amistosos sin brillo y con pobre juego, se ganó en la Ciudad Condal a los yugoslavos, que si se jugaban algo (un primer puesto que no alcanzarían), para perder luego contra todo pronóstico en Helsinki por 2-0 ante los fineses, un conjunto lleno de amateurs (con profesiones tales como bomberos, electricistas, carteros o administrativos), y en unas fechas en las que ya había finalizado la temporada oficial en nuestro país, y los jugadores, muy relajados, pensaban más en sus inminentes vacaciones que en lo que pudiera suceder en el terreno de juego.

Kubala, nuevo seleccionador

La vergonzosa derrota de Helsinki propició que la RFEF pusiera fin a aquella interinidad de emergencia representada por el trío Muñoz-Molowny-Artigas, y su presidente, José Luis Costa, va a nombrar para el cargo de seleccionador nacional a una auténtica leyenda del fútbol, Ladislao Kubala, con la esperanza de que el hispano-húngaro imprimiese un golpe de timón a nuestro maltrecho equipo representativo. Y Laszi va a estrenarse como máximo responsable del combinado nacional en un intrascendente partido frente a Finlandia, en el que por desgracia ya no nos jugábamos nada, pero que no dejaba de ser curioso, porque a diferencia de lo que se estilaba entonces para esa clase de eventos —que parecían privativos de las grandes ciudades, con Madrid y el inevitable estadio Santiago Bernabéu a la cabeza— en esta ocasión el choque iba a disputarse en un escenario insólito, La Línea de La Concepción y su flamante terreno de juego, con el hormigón aun fresco. Y es que el encuentro se había trasladado a dicho lugar por evidentes motivos patrióticos…

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Ladislao Kubala, seleccionador nacional español en 1969. | CIHEFE

Goleando frente al Peñón

A las 5 de la tarde de aquel 15 de octubre de 1969, festividad de Santa Teresa de Jesús, y por supuesto televisado en directo para toda España, con un lleno absoluto y arbitrado por el colegiado francés Monsieur Robert Heliés, se inició el último compromiso de una fase de clasificación mundialista que había resultado absolutamente esquiva para nuestros intereses, presidido en el palco por José Solís Ruiz —ministro secretario general del Movimiento, y por lo tanto la autoridad de la que dependía orgánicamente el deporte español— y el titular de la cartera del Ejército, teniente general Camilo Menéndez Tolosa.

Kubala presentó varias novedades en la alineación, que quedó formada de la siguiente manera: Reina; Gaztelu, Barrachina, Eladio: Pirri, Violeta; Amancio, Velázquez, Gárate, Asensi y Gento. En la segunda parte Quino y Pujol sustituyeron a Gento y a Gárate respectivamente, con lo cual el encuentro contempló nada menos que cinco debuts, a la vez que supuso la última ocasión en la que el veteranísimo Paco Gento vistiera los colores de nuestra selección nacional. El partido se puso en franquía muy pronto, pues Pirri va a hacer el primer gol en el minuto 6, y luego caerían cuatro más, obra de Gárate (2),Velázquez y Amancio, llegándose al descanso con un rotundo 5-0, conseguidos en la portería más próxima al Peñón. La segunda mitad ya sobró, pues el juego español decayó mucho, y solamente a escasos minutos del final el bético Quino puso el 6-0 en el marcador, algo que la selección no conseguía desde el ya lejano 1962.

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El España-Finlandia de octubre de 1969 fue el último partido de Paco Gento con la selección española. | CIHEFE

Un arranque esperanzador

El partido había sido de mero trámite, por descontado, para cubrir el expediente, al igual que lo fuera el celebrado unos meses antes en tierras finlandesas, pero no obstante el amplio resultado dejó un buen sabor de boca entre los aficionados, e hizo concebir la esperanza de que el combinado español saliera por fin de su largo impasse y pudiese aspirar a estar de nuevo presente en las grandes citas internacionales. De hecho, Kubala parecía tener ideas diferentes a las de sus efímeros predecesores, ideas a medio plazo, un proyecto de futuro, tal vez crear ese enteléquico ‘Club España’ del que ya hablaba Helenio Herrera una década atrás, a finales de los 50.

En cuanto a la dichosa Verja, ésta permanecería cerrada trece años más, hasta que en diciembre de 1982 el recién formado gobierno de Felipe González, tras la arrolladora victoria del PSOE en las las elecciones generales del 28 de octubre de 1982, con sus míticos diez millones de votos y sus 202 escaños, procedió a abrirla nuevamente. Con los nuevos aires políticos el escenario de aquel partido patriótico cambiaría también de nombre, pasando a llamarse, asépticamente, "Estadio Municipal". ¿Y el Campo de Gibraltar? Pues por desgracia, en el medio siglo largo transcurrido desde entonces la comarca gaditana no ha logrado convertirse en una zona desarrollada, y hoy vuelve a ser triste noticia por sus peligrosas relaciones con el narcotráfico.

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