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El Barça se da un baño de multitudes para celebrar la Liga

Según cifras de la Guardia Urbana, unas 500.000 personas han acompañado al equipo durante la rúa en el autobús descapotable.

El FC Barcelona ha celebrado el título de Liga conquistado este fin de semana con una rúa en autobús descapotable que ha teñido de azulgrana las calles de la capital catalana ante cerca de 500.000 personas, según cifras de la Guardia Urbana. La plantilla azulgrana había insistido en las últimas semanas en que quería "dar valor" a la Liga conquistada, la vigésimo segunda del club catalán en su historia. Y, visto el despliegue festivo, la plantilla demostró valorar el título por todo lo alto.

La cuarta Liga en los últimos cinco años se festejó con una auténtica discoteca móvil comandada por los vigentes campeones, que recorrió las principales arterias de la ciudad ante miles de aficionados entregados. La rúa estuvo formada por tres autobuses descapotables: el primero con la plantilla del Barça femenino, también campeonas de Liga este año; el segundo, con el equipo de Tito Vilanova; y el tercero y último, con un grupo de música que puso al recorrido azulgrana el ritmo de una sonora batucada.

Tres horas tardó en recorrer la comitiva el trayecto entre el World Trade Center, situado en el puerto barcelonés, y la Plaza del Doctor Ignasi Barraquer, no muy lejos de un Camp Nou que esta vez no acogió el cénit del festejo, que se aplazará hasta el final del próximo Barça-Valladolid de Liga.

A las 18:30 horas arrancó la rúa al borde del mar, con algunos jugadores con la euforia -y el estado etílico, en algunos casos- disparada por las nubes. Con el título de Liga en la cabecera del autobús empezó el recorrido que a punto estuvo de empezar con un guiño cómico del destino, cuando Piqué, con el trofeo en sus manos, a punto estuvo de emular el trágico destino de Sergio Ramos.

Con el título elevado en las manos, el central fue advertido in extremis por sus compañeros, cuando pasaban bajo una plataforma del puerto justo sobre sus cabezas. Por suerte, la desgracia, y las bromas que hubiera acarreado, se evitaron providencialmente. Alves, con una boina de los Mossos d'Esquadra, y Alex Song, con una de la Guardia Urbana, fueron los más incansables durante todo el trayecto. Aunque nada comparable al joven Marc Bartra, que dio una exhibición de baile, cánticos y saludos y sonrisas continuas a una afición que pedía a gritos un gesto de sus ídolos, para inmortalizarlo en los móviles que poblaron el panorama.

Tito Vilanova, que esta vez sustituyó el pañuelo de su cuello por una bandera azulgrana anudada, no se separó de Jordi Roura y Aureli Altimira, y fue uno de los más coreados. Iniesta y Xavi, los más tranquilos, no se cansaron de saludar desde el lateral del bus. "Esto es brutal. No tengo palabras", admitía el manchego.

El popular Gangnam Style desató los bailes de todo el equipo. Sin embargo, poco se vio al lesionado Leo Messi, que estuvo en muchos tramos en la parte inferior del vehículo. Cuando subió con el resto, estuvo comedido, pero siempre sonriente. Con menos afluencia que en otras celebraciones, los lugares que agolparon a más aficionados fueron un abarrotado monumento a Colón, así como el tramo entre Plaza Urquinaona y Paseo de Gracia, donde las calles literalmente se volvieron azulgranas, con un torbellino de confeti flotando en el aire.

La masa azulgrana pidió a Valdés que se quedara en el club, cantó el himno a viva voz junto a los jugadores -Cesc, Alba y Alves se desgañitaron- y coreó los nombres de Tito, Puyol, Messi y Abidal. Y, como estrellas del rock, recibieron decenas de regalos de los aficionados, desde camisetas para firmar, que algún seguidor se ingenió para hacerles llegar con palos extensibles, hasta balones, guantes, banderas o, incluso, ropa interior, algo que desató las risas entre los jugadores.

Ya de noche, culminaron su trayecto, algunos de ellos incluso bajando del bus descalzos, como Puyol o un aturdido Piqué. La fiesta para ellos continuará esta noche. El título de Liga, por su parte, se marchó escoltado en un coche impoluto. El Barça de Tito ya tiene su primer título atado y bien atado. Y bajo buen resguardo.

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