El Sevilla, con su victoria por 1-0 ante la Real Sociedad, se mete otra vez en la pelea por conseguir puestos europeos y, de paso, frena al conjunto vasco en su intento de acercarse a la cuarta plaza, que da derecho a la Liga de Campeones y en la que se consolida el Athletic Club.
Los visitantes, en el que su joven central Íñigo Martínez cumplía cien partidos oficiales con el primer equipo, intentaron buscar con más asiduidad a sus dos delanteros, el mexicano Carlos Vela y el francés Antoine Griezmann, quien estrenaba en Sevilla su primera convocatoria con la absoluta y que a los cuarenta minutos y hizo trabajar al portero portugués Beto, quien salió bien a sus pies.
El que sí se lució con efectividad fue Bravo bajo los palos de su meta en un cabezazo de Reyes que la grada ya cantaba gol, con lo que el partido se fue al descanso con el empate inicial y con la sensación de que los dos equipos se preocuparon más de no encajar un tanto que de buscarlo en la portería adversaria.
En la segunda parte ambos equipos fueron algo más valientes cuando tuvieron el balón para salir al ataque y ello propició contragolpes en ambas porterías en un planteamiento de juego similar.
Al cuarto de hora de la reanudación se le anuló con gol a Bacca al señalar el árbitro que el balón había salido antes por la línea de fondo, pero esa jugada fue una de las que mostró que se buscaba el tanto, como sucedió también en el área local con una parada de Beto tras cabezazo de Griezzman.
El gol llegó metidos ya en el último cuarto de hora del choque, obra del delantero francés Kevín Gameiro, quien había entrado al campo poco antes en el intento de Emery de utilizar ya a toda su artillería.
No tuvo más remedio la formación de San Sebastián de irse en el tramo final del encuentro con todo hacia arriba, pero lo hizo sin coordinación ante un adversario que supo jugar con su ventaja y que se llevó los tres puntos en la segunda victoria consecutiva tras superar una mala racha de seis jornadas sin ganar.