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Liga

La falta de pegada condena a un Madrid brillante ante un Betis épico (1-1)

Los de Zidane firmaron un gran partido pero no pudieron rematar al épico Betis que aguantó de pie las embestidas del Madrid.

Los de Zidane firmaron un gran partido pero no pudieron rematar al épico Betis que aguantó de pie las embestidas del Madrid.
Modric dio una exhibición en el Villamarín | EFE

El nuevo Madrid de Zinedine Zidane tiene las ideas muy claras. El A-B-C de la filosofía zidaniana -presión asfixiante tras pérdida, movilidad en ataque, profundidad a través de la subida de los laterales, y el balón como gran referente sin jamás pegar un pelotazo aún perdiendo algo de verticalidad para construir posesiones más elaboradas, tejiendo la jugada mucho más que el Madrid de Benítez-, comienza a tener brillo.

En el Villamarín se vio la mejor versión del nuevo Madrid. Un equipo intenso -sin esas lagunas misteriosas que aparecían en ciertas partes de los partidos con Benítez al frente-, en el que el juego colectivo brilla por encima de las individualidades. Muy mejorado en la recuperación de balón -las líneas muy juntas lo que favorece que el rival no tenga espacios para combinar-, al conjunto blanco solo le queda pulir detalles. Uno de ellos, quizá el más importante, es recuperar la mejor versión de alguna de sus estrellas. Isco, James o Cristiano. Otro, los inicios de partido. Por segunda vez en tres encuentros, a los blancos les superó su rival en el arranque. Pasó el día del Deportivo y este domingo volvió a suceder ante el Betis.

Llegaba Zidane con su Madrid para pasar la revalida como visitante. De los últimos cuatro partidos jugados lejos del Bernabéu, el conjunto merengue tan solo había sido capaz de ganar uno. De salida el Betis maniató al Madrid. Con una intensidad en las coberturas propia de un equipo del Cholo SImeone, los de Merino se multiplicaban en labores de intendencia para impedir asociaciones fluidas de los de Zizou.

Esto del fútbol tiene cosas propias de Cuarto Milenio. Fíjense. El Betis acumulaba siete partidos sin ver puerta. Pues bien, a las primeras de cambio, en la primera llegada sobre el área del Madrid, Cejudo rompió el maleficio del gol con un tanto espectacular. Una bolea teledirigida que dibujó un tornillo en su trayectoria y se coló por toda la escuadra de un Navas que nada pudo hacer. Lo inexplicable es lo sublime del fútbol.

El tanto en contra presentaba un guión extraño para el nuevo Madrid. Los de Zidane venían de endosar dos manitas a Deportivo de la Coruña y Sporting de Gijón en el Bernabéu. Aún no se habían visto con un marcador en contra. ¿Cómo reaccionarían?

Si de algo le sirvió el partido al Madrid, es para saber que el nuevo traje de arquitecto le sienta muy bien. El gol del Betis no modificó ni un ápice el plan de un equipo que se divierte con el balón y que ansía, cuando lo pierde, recuperarlo cuanto antes. Este Madrid empieza a dar síntomas de ser un adicto al esférico.

Con la dupla Modric-Kroos como referente, el Madrid comenzó a asomarse con asiduidad por el balcón del área bética. Faltaba precisión en el último pase -James e Isco están lejos de su mejor nivel-. Poco a poco, y de forma lógica, el Betis fue bajando la intensidad en su presión. Ya no estaban tan encima los guerreros de Merino. Sin crear, aún, demasiadas ocasiones claras, el Madrid tuvo dos situaciones clamorosas para poner el empate. Cristiano, tras una pared de un Benzema que fue el mejor del ataque merengue, y Pepe -remató solo de cabeza a tres metros de la portería de Adán- tuvieron el empate antes del intermedio, que el Betis comenzaba a pedir a gritos.

Avalancha blanca tras el descanso

En la segunda mitad, el Madrid salió enajenado. Los dos primeros minutos se jugaron en el campo del Betis, lo que supuso un buen aperitivo del empache de fútbol que se pegaron los pupilos de Zidane en el segundo acto. Guiados por Modric, que dio una clase magistral de fútbol -iniciaba la jugada, presionaba y robaba infinidad de balones y se inventaba pases imposibles que rompían líneas enemigas- el Madrid asedió constantemente la portería de Adán -criado en La Fábrica- que sacó tres balones de gol.

Al Betis le faltaba oxígeno. Estaban muertos los de Merino, que aguantaron de pie gracias a su oficio y a la falta de pegada del Madrid, que encontró su justo premio en el ecuador de la segunda mitad. Un pase filtrado de Kroos sobre James -el colombiano, el peor del Madrid durante gran parte del partido, debería arreglar sus problemas extradeportivos para volver a ser el que fue- que dio el pase de la muerte a Benzema. El galo, que suma su decimoséptimo tanto, marcó a placer.

La entrada de Carvajal, que atraviesa un momento de forma espectacular, regaló al Madrid un cuchillo afilado para romper al Betis por fuera. El jabalí de Leganés fue otra arma ofensiva que sumó el Madrid al que, a pesar de que el tiempo se le agotaba, no le pudo la ansiedad en ningún momento. Siguieron, bajo la intensa luz que desprende Luka Modric, tocando y llegando al área bética.

Los últimos minutos fueron vertiginosos. El Betis, sacando fuerzas de flaqueza, dio un par de sustos al Madrid en dos contras brillantes a las que le faltaron precisión para que los verdiblancos se llevasen el premio gordo.

Partido para el recuerdo

El encuentro, para el espectador neutral, fue un regalo para la vista. Lleno de emoción, con un ritmo trepidante, ocasiones, pases imposibles, exhibición de un futbolista de dibujos animados -Lukita Modric- un equipo atacando con todo y el otro defendiéndose como gato panza arriba... lo que le otorgó la categoría de épico, polémica árbitral... ¡bendita locura en el Villamarín! Tras el pitido final, los seguidores del Betis festejaron el empate como si de un título se tratara. Evitaron besar la lona ante un púgil desbocado.

Es verdad que el resultado para el Madrid es nefasto de cara a sus opciones para ganar la Liga -los de Zizou están a cuatro puntos del Barça con un partido más-, pero de cara al futuro, este partido debería ser un refuerzo. La filosofía zidaniana comienza a tomar brillo. La intensidad y el esfuerzo ya no se negocia, el equipo sabe a lo que juega -tiene una identidad-, el físico mejora, y a pesar del mal momento futbolístico que atraviesan algunas de sus estrellas, colectivamente este equipo sonríe.

El árbitro

Martínez Munuera tuvo varios errores muy graves. Tres posibles penaltis, dos a favor del Madrid -uno clamoroso sobre Benzema por un pisotón flagrante de Petros y otro, un agarrón tonto pero muy claro de Molinero sobre Cristiano- y uno en el área madridista sobre Ceballos. Además, el gol del Madrid viene precedido de fuera de juego de James cuando recibe el pase de Kroos.

El Betis de Merino

Si el Madrid ha dado un giro radical tanto en filosofía de juego como en intensidad, algo similar le ha ocurrido al Betis con el adiós de Pepe Mel y la llegada de Merino. Los verdiblancos venían de firmar el mejor partido de la temporada el pasado fin de semana en El Madrigal ante el Villarreal (0-0), donde sacaron a relucir sus nuevas virtudes. Un equipo mucho más cohesionado, más preciso y letal en las asociaciones ofensivas, una escuadra en la que defienden todos y en la que se aprovechan a la perfección los espacios a la contra para intimidar al rival.

Ante el Madrid, las buenas sensaciones se confirmaron. Hasta que le duró el oxígeno, el conjunto andaluz jugó de tú a tú al equipo de Zidane. Después demostró oficio, para en la segunda mitad, en plena avalancha de juego merengue, parar el partido con varias faltas, coger aire y resistir. Enorme mérito el suyo.

Ficha técnica:

Betis, 1: Adán; Molinero, Pezzella, Bruno, Vargas; Petros, N'Diaye; Kadir (Joaquín, m.58), Fabián (Dani Ceballos, m.51), Cejudo (Portillo, m.76); y Rubén Castro.

Real Madrid, 1: Keylor Navas; Danilo (Carvajal, m.64), Pepe, Varane, Marcelo; Modric, Kroos, Isco; James Rodríguez (Jesé, m.79), Benzema y Cristiano Ronaldo.


Goles: 1-0, M.7: Cejudo. 1-1, M.71: Benzema.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó a los locales Vargas (m.58), Petros (m.60) y Molinero (m.69), y al visitante Danilo (m.64).

Incidencias: Partido de la vigésima primera jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio Benito Villamarín ante 48.111 espectadores. Césped en perfecto estado.

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