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El Villarreal iguala al Barça y los errores del árbitro (2-2)

Los de Marcelino obtuvieron su justo premio ante un Barça desactivado al que el colegiado, Sánchez Martínez, lanzó en la primera parte.

Los de Marcelino obtuvieron su justo premio ante un Barça desactivado al que el colegiado, Sánchez Martínez, lanzó en la primera parte.
Brruno, la brújula del Villarreal, impuso su jerarquía en la sala de máquinas | EFE

Prometía grandes cosas el duelo entre un Villarreal que acaricia jugar la próxima Champions League, y un Barcelona que ya tiene más de media Liga en el bolsillo, y, desde luego, no defraudó. El de El Madrigal fue un partido apasionante, entre dos equipos que buscaron siempre crear peligro a través de un buen trato con el cuero, y al que no le faltó absolutamente nada, incluyendo una kafkiana primera parte por parte del trío arbitral. El resultado final, empate a 2, deja a ambos con cierta satisfacción, aunque, dado el desarrollo del partido, seguramente los amarillos pudieron hacerse aún más acreedores si cabe al triunfo, ante un Barcelona que parece empezar a regular esfuerzos en la competición local, ya embolsada, de cara a buscar un nuevo éxito en Europa.

No tardaría el Villarreal en dejar claro que el partido ni iba a ser un paseo para el líder. Bakambu cuajó diez minutos iniciales de delantero completísimo, con una arrancada nada más comenzar cuyo centro acabó en el poste de Bravo, rematado al alimón por Trigueros y un Arda Turan trastabillado. Poco después, un maravilloso control de espuela del congoleño ante Piqué le dejó ante Bravo, obligando al chileno a evitar de nuevo el primer gol del partido.

Estaba más necesitado el equipo de Marcelino, acuciado por el Sevilla en la pelea por la última plaza para la Champions, ante un rival de infinita calidad, pero menos intenso en la puesta en escena. No tardaron los amarillos en forzar tarjetas a Arda y Piqué, entre cierto despiste visitante. Sin embargo, pasado el cuarto de hora, la escena comenzó a cambiar, y los de Luis Enrique empezaron a meter el partido en ese exhaustivo control de pelota que aletarga al rival, cansado de correr detrás del cuero. Llegado el minuto 20, Rakitic, que ya había probado fortuna instantes antes, fusiló un balón suelto en el área local, aclarando aún más la autopista azulgrana sin peaje hacia el nuevo título liguero. Empero, lo que se emborronó en ese instante fue el criterio de Sánchez Martínez, que a partir de ahí cuajaría los que seguramente recordará como sus peores minutos en la primera división.

No habían pasado sesenta segundos del gol cuando el colegiado murciano perdonó una clamorosa expulsión de Piqué. El trencilla, que no escatimó en tarjetas desde el pitido inicial, no vio una clarísima mano del central catalán evitando una internada de Denis Suárez, y que era sin discusión la segunda cartulina del defensor visitante. Quizá la posición del cuerpo de Piqué no le ayudó, pero menos lo hizo su juez de línea, en perfecta ubicación para señalar una infracción palmaria que quedó en el limbo. Peor sería pensar que la vio, como casi todo el mundo, y que el resquemor por la primera amonestación a Piqué, más dudosa, le evitó sacarle la segunda. Eso sería mucho más grave. En lo que no dudó el árbitro fue en expulsar a Marcelino, técnico local, enfervorecido por tamaño regalo arbitral a un Barcelona que no los precisa.

Entró ahí el partido en una fase en la que los locales amenazaron con inmolarse, presa de los nervios en los que les metió el árbitro y el gol encajado, y en los que les ahondó su propio entrenador. Messi y Neymar trataron de hurgar en la herida castellonense, cuya defensa sí mantuvo la sobriedad. Pasó casi desapercibido, pero superada la media hora de juego, Víctor Ruiz derribó a Messi dentro del área, en una acción que debió ser penalti, aunque no se protestara excesivamente por los visitantes.

Y sin embargo, lo peor estaba por llegar. Había estado a centímetros de igualar Bakambu, aprovechando una gran jugada entre Soldado y Mario, cuando en el ataque siguiente Sánchez Martínez terminó por desquiciar al personal. En un balón interior para Neymar, el brasileño buscó el regate ante Asenjo, que se hizo con la pelota con una limpieza más que visible para todo el mundo a simple vista, salvo para el árbitro, que señaló una pena máxima sencillamente inexplicable. Neymar no perdonó desde los once metros, y el Barcelona, sin ninguna alharaca, se fue al descanso con un 0-2 al que tampoco se había hecho acreedor.

Pero el Villarreal es un equipo con alma, de los que dignifican el fútbol. Pese a las adversidades, el rival de enorme enjundia que se le presentaba, y el desquiciamiento generalizado por una actuación arbitral inexplicable, los de Marcelino cuajaron una segunda parte soberbia. Con el riesgo que ello suponía, entraron al intercambio de golpes con el Barcelona, algo que muy pocos serían capaces de asumir. Se arriesgaron a llevarse un carro de goles en contra, y sin embargo sacaron un punto valiosísimo para sus aspiraciones. Justo premio a su valentía.

Así que, cuando ya en el primer cuarto de hora de la reanudación, Luis Enrique empezó a pensar en el clásico que llegará tras el parón de selecciones, los amarillos soltaron su zarpazo, propiciando diez minutos de locura futbolística de los que salieron beneficiados. Primero Bakambu, aprovechando un rechazo de Bravo tras disparo de Denis Suárez, y luego, Mathieu en propia meta, tras peinar Soldado un córner en el primer palo, igualaron el marcador en apenas cinco minutos. Pero es que, entre medias, Bakambu, Castillejo y Soldado bien pudieron perforar también el arco de Bravo, al igual que Neymar el contrario, obligando a Asenjo a hacer el paradón de la tarde. Resultó una concatenación maravillosa de ocasiones en un visto y no visto, una oda al fútbol de ataque propiciada por la ambición local ante un rival que ya firmaba, claro, el marcador del descanso.

Superada esa descarga de adrenalina, el partido bajó, como no podía ser de otra forma. Todavía Asenjo evitó el tercero en otra gran parada a cabezazo de Rakitic, y Mascherano demostró que no le pesan los años estando omnipresente en una defensa que no funciona igual con Mathieu que con Piqué. La recta final fue de menos nivel emocional, pero la segunda mitad fue de tanto nivel que hasta el Villarreal pareció olvidar la grave afrenta que padeció con dos errores lamentables del árbitro, y que seguro condicionaron el resto del partido, aunque no su orgullo.

Ficha técnica:

Villarreal (2):Asenjo; Mario Gaspar, Bailly, Víctor Ruiz, Rukavina; Bruno Soriano, Trigueros, Samu Castillejo, Denis Suárez (Pina, m.73); Bakambu (Adrián, m.70) y Soldado (Baptistao, m.83).

Barcelona (2):Bravo; Sergi Roberto, Piqué (Mathieu, m.54), Mascherano, Alba; Busquets, Rakitic, Arda Turan (Alves, m.57); Messi, Suárez y Neymar.

Goles: (0-1): Rakitic (m. 20); (0-2): Neymar (pen. m.42); (1-2): Bakambu (m.57); (2-2): Mathieu (p.p, m.62).

Árbitro: Sánchez Martínez (murciano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Soldado, Bruno, Asenjo, Rukavina, Pina, Mario, y Trigueros, y a los visitantes Arda Turan, Piqué, Jordi Alba y Mascherano. Expulsó al entrenador del Villarreal, Marcelino García Toral.

Incidencias: partido disputado en el estadio de El Madrigal, perteneciente a la 30ª jornada de la Liga BBVA.

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