El próximo 16 de agosto arranca La Liga en San Mamés. Athletic y Barça se verán las caras un viernes de verano. Pero Luis Rubiales, presidente de la Federación, amenaza con no enviar árbitros a ese encuentro. Ni a ese duelo ni a ninguno que se juegue en viernes o lunes.
El presidente de la patronal de los clubes, Javier Tebas, anunciaba que "esos son los horarios que hay" en un acto de patrocinio. Porque al acto con el CSD (Consejo Superior de Deportes) no han acudido ni él ni Rubiales ni María José Rienda. Por parte de LaLiga acudieron Luis Gil, presidente de competiciones; el director de relaciones institucionales y un abogado. La RFEF fue representada por el secretario general, Andreu Camps, y el abogado Miguel García Caba.
El conflicto entre LaLiga y la RFEF se mantiene después de que ambas entidades alcanzaran un acuerdo de mínimos para el nuevo Convenio de Coordinación, en el que no se estipuló nada sobre los partidos de los lunes y los viernes, a los que es contrario el organismo que preside Luis Rubiales.
Sin embargo, LaLiga ya programó partidos en lunes y viernes durante las tres primeras jornadas, desoyendo así esta posición de la RFEF y de su presidente. Luis Rubiales respondía con un largo comunicado en Twitter su total desacuerdo y difundía su malestar ante la imposición de la competición de colocar horarios a su antojo.
Con la reunión de hoy no se ha avanzado nada, continúa la polémica y retrasa la resolución. Los equipos implicados no saben si jugarán ese día, los abonados y aficionados tampoco. Los trabajadores, periodistas o enviados no pueden concretar vuelos, transporte u horario laboral. Un conflicto latente que se está prolongando más de lo normal y que no favorece a ninguna de las partes implicadas. A día de hoy no se sabe quién tiene razón, si la competición o la agrupación española de fútbol. Por lo tanto, un juez decidirá quién sale beneficiado de esta pugna deportiva.