El Real Madrid dio una imagen bochornosa en su visita a Montilivi. Cuatro goles le marcó el Girona, cuatro tantos anotó el Taty Castellanos. La falta de intensidad y de concentración, los errores tácticos y el pasotismo general -exceptuando a Vinícíus- dolieron a gran parte del madridismo e indignaron la cúpula directiva. En pleno debate sobre que la diferencia de 11 puntos en la tabla entre el Barcelona y el Real Madrid no es real, el conjunto de Carlo Ancelotti derrapó de lo lindo en Gerona dando la razón a los críticos que consideran que el conjunto merengue no ha dado la talla en la competición doméstica.
Que un Barcelona mediocre te gane la liga con la facilidad que lo va a hacer el equipo de Xavi Hernández es una vergüenza. Se ha hablado mucho, y con razón, sobre la incidencia arbitral, pero ayer quedó claro que ese no es el único motivo para la delirante diferencia de puntos actual entre culés y merengues, que este Madrid, con infinidad de lagunas tácticas, se ha dejado ir en muchos partidos y que Carlo Ancelotti es el principal responsable. En la dirección deportiva merengue las voces críticas con el italiano florecieron en el mes de enero. "Tácticamente es un equipo poco trabajado". "Carlo tampoco ha sabido motivar a unos jugadores que en la Champions van como un auténtico tiro", se escucha en los pasillos de Valdebebas.
La derrota de este martes en Montilivi desentierra fantasmas del pasado. El Madrid jamás puede dejarse ir y dar la deplorable imagen que dio ante el equipo de Míchel. Salió humillado y el propio Ancelotti mostró su enfado en la rueda de prensa posterior al partido. El italiano se juega el puesto en este final de temporada. Si pierde ante el Manchester City en las semifinales de Champions y frente a Osasuna en la final de la Copa del Rey será imposible que los altos cargos como Florentino Pérez que aún defienden al italiano mantengan argumentos de peso para su continuidad.
José Ángel Sánchez y Juni Calafat van en otra dirección y hace tiempo que quieren dar por terminada la etapa de Carletto en Madrid -equipo mal trabajado tácticamente, demasiado inmovilista y defensor de las jerarquías y sin carácter suficiente como para motivar a su equipo para no dejarse ir en ciertos partidos-. Ayer, en Gerona, Ancelotti, que en la rueda de prensa anterior al partido de vuelta de cuartos frente al Chelsea se reivindicó asegurando que su labor no solo consistía en ser un buen gestor y que había mucho trabajo detrás, quedó retratado y cargó de razones la guillotina que preparan José Ángel y Juni para este vernao.