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La mayor vergüenza arbitral de la temporada: el robo al Levante ante el Espanyol da la vuelta al mundo

Lo que ocurrió en Cornellá es inexplicable si no quieres pensar mal. La diferencia de criterio que destroza el fútbol español resumida en segundos.

Lo que ocurrió en Cornellá es inexplicable si no quieres pensar mal. La diferencia de criterio que destroza el fútbol español resumida en segundos.
Al Levante le robaron en la cara | Captura

Este fin de semana se vivió uno de los episodios más lamentables de lo que llevamos de temporada en el sainete general que está protagonizando el colectivo arbitral en nuestro país, firmando una campaña dantesca. Sucedió en Segunda División, en el partido que enfrentaba a dos de los gallitos de la categoría, en Cornellá se medían Espanyol y Levante. Un duelo clave en la lucha por el ascenso.

El conjunto perico se puso por delante muy pronto, en el minuto 3, con un tanto de Martin Braithwaite. Empató el equipo de Calleja en la segunda mitad con el gol de Adrián de la Fuente.

En los últimos minutos del partido llegó el momento de los trencillas: el colegiado -Dámaso Arcediano Monescillo- y el VAR -con Aítor Gorostegui Fernández a los mandos- decidieron, directamente, quien debería ganar el partido.

El señor Monescillo dispuso 6 minutos de añadido. En el 95, el Levante saca un córner y Keita Baldé, nuevo refuerzo en el mercado de invierno del conjunto perico, tuvo un lapsus, no sabemos si se equivocó de deporte y pensaba que estaba jugando al waterpolo, y sacó el brazo a pasear para despejar el balón.

La jugada sigue y en la contra un centro de Braithwaite va directo a la mano de Álex Muñoz. Penalti claro, lo que es surrealista e imperdonable es que ni el colegiado ni el VAR entrarán para sancionar la mano de Keita Baldé, en la que encima es el brazo el que va al balón y no al revés como sucedió en la acción posterior de Muñoz. Puede que Arcediano -que mal lo tuvo que pasar en el colegio de pequeño el pobre- no lo viera o pensara que despejó con el hombro, pero que el VAR no entrará a corregir esta decisión es de juzgado de guardia. Incompresible, injustificable, inexplicable.

Braithwaite anotó la pena máxima, el Espanyol se impuso 2-1 y el Levante vio como los colegiados le birlaban en su cara tres puntos. De poder ganar el partido con el clamoroso penalti de Baldé a perderlo segundos después.

El distinto rasero y la lamentable diferencia de criterio arbitral que tanto daño esta haciendo al fútbol español esta temporada, resumido en un partido, en un puñado de segundos. Una de las mayores vergüenzas perpetradas por un CTA que cada día que pasa queda más retratado. Es imposible encontrar una explicación a esta decisión si no quieres pensar mal. Imposible.

Tras el encuentro, el Levante, lógicamente, explotó. Postigo, central granota, alzó la voz y el club, desde su cuenta oficial de X, citó el comentario sin salir de su asombro. Hay demasiado en juego como para permitir que un colectivo cometa errores tan flagrantes que pueda influir en el destino de un club del que viven multitud de familias.

La situación arbitral en España se ha vuelto insostenible.

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