Como Rafa Nadal, Pau Gasol, Fernando Alonso o Mireia Belmonte, por citar a algunos, él también es uno de los elegidos, uno de esos pocos deportistas españoles tocados por la varita. Lo que consiguió el pasado 28 de marzo en Shanghai así lo demuestra.
Aquel día, Javier Fernández López (Madrid, 15 de abril de 1991) escribió otra de las gloriosas páginas del deporte español al convertirse en el primer patinador de nuestro país que se proclama campeón del mundo. Y ello, pese a sufrir una caída en el programa libre –mientras sonaba El barbero de Sevilla de Rossini– que amenazó con truncar su gran sueño. Afortunadamente no fue así: con un gran ejercicio, Javier supo rehacerse y demostró que el oro aún era posible.
Sin duda alguna, Javier Fernández ya puede presumir a sus 24 años de ser el mejor patinador español de la historia. Al título mundial le suma tres Europeos, mientras que el año pasado, en Sochi, se quedó a las puertas de conseguir lo que hubiera sido la tercera medalla para el deporte español en unos Juegos de Invierno tras las obtenidas por los hermanos Fernández Ochoa –el oro de Paquito en Sapporo’72 y el bronce de Blanca en Albertville veinte años después–. Seguro que la película será otra dentro de tres años en Pyeongchang (Corea del Sur).
Ahora, pocas semanas después de su hazaña en Shanghai y aprovechando unas merecidas vacaciones en España, Javier recibe a Libertad Digital en la pista de patinaje sobre hielo Invernia Valdemoro. Allí repasa sus éxitos y cuenta cómo le va la vida en Canadá, donde lleva entrenando desde hace cinco años a las órdenes de Brian Orser, otro histórico patinador.
Habla también de su relación con la patinadora japonesa Miki Ando, que como él también ha sido campeona del mundo (2007 y 2011) y con la que lleva saliendo desde hace pocos meses. Y no esquiva la polémica que protagonizó en los JJOO de Sochi, antes del inicio de la competición, al recomendar a los homosexuales que se "cortasen" durante esos días ante la homófoba legislación rusa.
Varios temas los que toca Javier Fernández, hoy por hoy el rey mundial del patinaje artístico, un bello a la par que difícil deporte, y que quiere compartir con este periódico.