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Novlene Williams, del cáncer de mama a la medalla de oro

"En ocasiones me metía en la habitación a llorar, pero comprendí que la vida me había dado una segunda oportunidad, y decidí aprovecharla”.

"En ocasiones me metía en la habitación a llorar, pero comprendí que la vida me había dado una segunda oportunidad, y decidí aprovecharla”.
Momento en el que Novlene Williams consigue llevar al equipo de Jamaica a la victoria en el 4x400m en el Campeonato del Mundo de Pekín de 2015. | EFE

El 22 de agosto de 2014 Novlene Williams-Mills lograba una brillante victoria en la cita de Estocolmo de la Diamond League. Su alegría por el triunfo era comprensible: era su primera medalla de oro en el 400 metros, después de varias platas y bronces; pero sobre todo, era la victoria ante la mayor batalla que se le había presentado: el cáncer. Sólo dos años atrás, le habían encontrado un tumor maligno en el pecho.

Novlene Hilaire Williams-Mills había nacido el 26 de abril de 1982 en Saint Ann, la mayor de las parroquias del país de la velocidad por excelencia: Jamaica. Como no podía ser de otra manera, sus facultades físicas la empujaron bien pronto al atletismo, y ya con 20 años formaba parte del equipo nacional jamaicano de 4x400m.

Su primera gran cita llegó en los Juegos de Atenas de 2004, donde Williams-Mills, junto a Michelle Burgher, Nadia Davy y Sandie Richards logró la medalla de bronce. Resultado que se repetiría en Pekín 2008. Entre 2005 y 2011 el equipo jamaicano, con Williams-Mills presente, lograría otras cuatro medallas de plata en cuatro campeonatos del mundo. Siempre en el podio, siempre por detrás de Estados Unidos.

Londres 2012 se presentaba como una nueva oportunidad para desbancar de una vez a las estadounidenses. Con ese objetivo se entrenaban día y noche las jamaicanas. Pero a Novlene Williams había otro asunto que le ocupaba la cabeza: había notado un bulto extraño en su pecho. Los peores augurios se confirmaron el 25 de junio: sufría cáncer de mama.

El mundo se derrumbó ante sus pies. Faltaban sólo cuatro semanas para comenzar los Juegos. Y decidió no decir nada, seguir entrenando con la mente puesta en Londres. Qué hubiera hecho cualquier ser humano ante una situación similar resulta imposible de saber. Pero lo que hizo Novlene Williams pocos lo hubieran soportado. Y más aun teniendo una hermana que dos años antes había fallecido de cáncer, en este caso de ovarios.

En el Estadio Olímpico de Londres Novlene Williams, junto a Christine Day, Rosemarie Whyte y Shericka Williams, terminó finalmente tercera, por detrás de Estados Unidos, y también de Rusia, que poco después sería descalificada por dopaje. Por tanto, una nueva medalla de plata… que sin duda para Williams-Mills sabía a mucho más que el resto de platas.

Nada más terminar los Juegos comunicó a sus compañeras, primero, y a la prensa, después, que padecía un cáncer de mama, y que debía ser intervenida. "Volvía de entrenar molida, se me hacía duro. Pensaba que no podía con todo eso. La mayoría de la gente desconocía mi enfermedad, y me veían correr más lenta de lo que yo solía. Me preguntaban. Y yo sólo quería volver a casa a llorar", declararía.

Desde agosto de 2012 y hasta enero de 2013 tuvo que pasar por cuatro intervenciones para estirpar el bulto. Aquello, unido al tratamiento consecuente y paralelo, provocó que durante todo el año no pudiera participar en ninguna prueba. Pero regresó más fuerte que nunca. ""Tengo que estar agradecida. Es un honor y una bendición ser una superviviente del cáncer", proclamaría en su regreso.

Y en 2014 viviría el mejor año de su vida. Sin rastro ya del temible cáncer, comenzó con una medalla de plata en los mundiales de 4x400m, y terminó de la mejor manera posible: con la medalla de oro individual en la Diamond League. Williams-Mills había conseguido la victoria en Shangai, en Eugene, en Oslo y en Estocolmo.

La victoria imposible terminaría llegando en 2015. En los mundiales de atletismo de Pekín Jamaica conseguiría por fin imponerse a Estados Unidos. Y lo hizo gracias a un relevo final de Novlene Williams memorable, con una espectacular remontada en la última recta. "Corro por mí, por mi país, y por todas las personas que tienen que enfrentarse a un cáncer", declararía segundos después de su brillante victoria.

Novlene Williams volvería a competir en unos Juegos Olímpicos, en Rio de Janeiro 2016, donde mantuvo un precioso duelo con Allyson Felix por conseguir el oro en el 4x400. En esta ocasión la victoria fue para Estados Unidos.

2017 fue su último año. Con 35 años, aún fue capaz de ganar el campeonato nacional de Jamaica de 400 metros y una de las citas de la Diamond League, en París. En los campeonatos del mundo de Londres 2017, en la que debía ser su última gran prueba, no pudo participar en el 4x400 ya que en el segundo relevo su compañera Anneisha McLaughlin cayó lesionada.

Poco después anunció su retirada, consagrada como una de las mejores velocistas de lo que llevamos de Siglo XXI. Con el oro del Mundial de Pekín de 2015 y el de la Diamond League de 2014 en su haber, así como un total de 8 medallas de plata entre mundiales y Juegos Olímpicos. Pero sin duda, su mayor logro lo consiguió en 2012, fuera de las pistas.

Hoy, en el Día Mundial contra el cáncer de mama, sirva su historia como ejemplo de una mujer que supuso afrontar, luchar, y superar un trance tan duro. Su historia es reconocida y aplaudida, pero sirva también en honor de tantas heroínas anónimas que han tenido que lidiar, o tienen que lidiar, con el cáncer más común en las mujeres.

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