Judie Johnson, una neozelandesa aficionada a la natación en aguas abiertas, ha vivido el capítulo más estremecedor de su vida. Judie nadó durante varios minutos rodeada por tres orcas.
La vida de Judie pendía de un hilo. Estos cetáceos son altamente peligrosos para el ser humano. Se alimentan de focas y leones marinos y suelen ser letales cuando se topan con una persona.
Sin embargo, en una estampa que quedará para la historia, la orca adulta y sus dos crías, lejos de atacar a Judie, la acompañan en su nado juegan con ella. La enorme tensión tuvo final feliz.