El póker siempre ha estado rodeado de un halo de misterio que ha ejercido una gran atracción sobre los jugadores. Actualmente, el popular juego de cartas ha dejado atrás ese ambiente misterioso que lo ha envuelto durante los últimos tiempos. La imagen de los jugadores profesionales actuales contrasta con el imaginario colectivo de un mundo oscuro, que cada vez se limita más al universo cinematográfico. La llegada del póker online profesionalizó el juego de cartas, en el que comenzaron a requerirse conocimientos matemáticos y un mayor estudio de los naipes. De hecho, en los niveles más altos del póker se reúne gente joven, con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años, con estudios.
La Ley 13/2011, de 27 de mayo, de regulación del juego marcó un antes y un después en la evolución del póker online en España. Hasta ese momento, el póker online era considerado como uno de los segmentos con mayor potencial en el sector del juego, ya que había superado la barrera de los 100 millones de euros en 2011. A pesar de ello, la regulación que entró en vigor en 2012 convirtió al mercado español en uno de los destinos menos atractivos de Europa, tanto para las plataformas de póker online como para los propios jugadores. Un nuevo escenario en el que se ha producido una caída significativa de los ingresos hasta llegar a los 60 millones de euros en 2017, que representa un descenso del 40% en los ingresos respecto a las cantidades que manejaba el sector antes de la regulación.
El perfil del jugador de póker es un joven, generalmente universitario que proviene de una carrera científica, que se inicia en el mundo del juego de cartas en una plataforma de póker online, donde se puede encontrar con juegos de póker gratis y puede adquirir experiencia para un posterior salto a los torneos presenciales. Un camino que varía en el caso de los jugadores españoles, ya que la mayoría decide exiliarse a otros países europeos, especialmente a Reino Unido, para seguir sus carreras profesionales. Un exilio que se debe a la regulación del póker online de 2012 que solo permite que los jugadores nacionales jueguen en salas online contra otros españoles. Una situación que cambió en 2018, año en el que España, Francia y Portugal llegaron a un acuerdo relativo a la liquidez compartida en el mercado del póker online.
La entrada en vigor de la liquidez compartida en enero de 2018 ha supuesto un gran impulso para el póker online en el territorio español. Después de cinco años de decrecimiento, el juego de cartas ha crecido por primera vez a doble dígito en el ámbito online desde la regulación del sector del juego en España alcanzando los 82 millones de euros en el GGR (Gross Gaming Revenue), según muestran los datos proporcionados por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ). Un nuevo escenario que ofrece mayores oportunidades a todos aquellos jugadores españoles que se inician en este apasionante mundo de los naipes. Jugadores que seguirán el camino de otros grandes nombres del póker nacional como Adrián Mateos, Carlos Mortensen o Sergio Aido, referentes que han abierto el camino en los últimos años para las nuevas generaciones.
Adrián Mateos
Con tan solo 24 años, Adrián Mateos se ha convertido en el mejor jugador español de póker de la historia. Este madrileño nacido en el municipio de San Martín de la Vega comenzó su aventura en el juego de carta con 16 años después de ver una retransmisión del European Poker Tour (EPT). Cuando cumplió su mayoría de edad se registró en una sala de póker online y comenzó a acudir asiduamente al Casino Gran Madrid Torrelodones, donde conquistó su primer torneo de póker en vivo en la gran final del Circuito Nacional de Póker (CNP888). Su exilio a Londres le catapultó al siguiente nivel, situándole en la élite del póker mundial.
Adrián Mateos hizo historia en el póker con 19 años, edad con la que conquistó las World Series of Poker Europe (WSOPE) de 2013, convirtiéndose en el segundo jugador más joven en conseguir un brazalete de las series de póker europeas más prestigiosa del mundo. Dos años después se coronó en el European Poker Tour (EPT), el torneo que le hizo adentrarse en el juego de cartas. Una historia de éxito que continuó en las World Series of Poker (WSOP) que se celebran anualmente en Las Vegas, donde se proclamó campeón del Summer Solstice No-Limit Hold'em (2016) y el Heads-Up No-Limit Hold'em Championship (2017). Este último año se situó como el mejor jugador de póker del mundo en la clasificación elaborada por el Global Poker Index (GPI). Además, el madrileño ocupa la vigésimo novena posición en la lista histórica de ganancias con 17 millones de dólares.
Carlos Mortensen
El jugador de póker ecuatoriano con ascendencia española es una de las grandes referencias del juego de cartas a nivel mundial. El Matador es el único español que se ha coronado en el Main Event de las World Series of Poker (WSOP) de Las Vegas, logro que consiguió en el año 2001, después de imponerse a Dewey Tomko en el heads-up. Carlos Mortensen marcó el camino que más tarde siguieron muchos jugadores, entre ellos Adrián Mateos, que en 2017 superó al jugador nacido en Ambato (Ecuador) en la lista de mayores ganancias en la historia del póker. A pesar de ello, Mortensen, que es miembro del Hall of Fame del Poker desde el año 2016, ha acumulado unas ganancias de 12 millones de dólares después de más de 20 años dedicándose a los naipes.
Sergio Aido
El jugador asturiano, compañero de piso de Adrián Mateos durante su estancia en Londres, se ha consolidado como uno de los grandes representantes del póker español en el circuito mundial. A pesar de que casi todas las miradas se centran en Adrián Mateos, Sergio Aido ha conseguido brillar con luz propia en los últimos años conquistando importantes torneos en vivo, como el High Roller del UKIPT de Galway de 2013 o el High Roller de la Macau Poker Cup de 2017, año en el que se situó entre los 10 mejores jugadores del mundo en el Global Poker Index (GPI). Si bien es cierto que la victoria en un evento principal de alguno de los grandes festivales de póker se le sigue resistiendo, Petgaming destaca por su regularidad en los torneos de los mejores circuitos del mundo.