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Vergüenza en la arena: más de veinte jugadores se desgarran con clavos en el Campeonato de España de balonmano playa

Los participantes en todo un Campeonato de España viven un auténtico infierno en la playa La Térmica de Almería.

Los participantes en todo un Campeonato de España viven un auténtico infierno en la playa La Térmica de Almería.
El balonmano playa vive una de sus mayores vergüenzas | Agencias

Vergüenza en la arena. El campeonato de España de balonmano playa que se celebra en Playa La Térmica de Almería está viviendo uno de los episodios más lamentables que se recuerdan en el mundo del deporte. La misteriosa aparición de clavos, anzuelos y cristales en la arena de los campos está poniendo en serio peligro la integridad de los participantes. Más de veinte han sufrido algún tipo de corte y algunos de ellos muy graves —incluso un clavo llegó a atravesar por completo el pie de una chica que terminó desmayándose—. Los participantes viven un auténtico infierno en plena arena.

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La pista central, la única que queda cerrada y custodiada por la noche, está limpia de clavos. No se puede decir lo mismo de las nueve pistas adyacentes, abiertas y que están a mano de cualquier desalmado. Sobre todo las que se ubican más lejos de la central y que se han convertido en una auténtica mina de peligrosos objetos cortantes.

El jueves comenzó el bochorno y los primeros clavos hicieron acto de presencia. Todo quedó en un tremendo susto, o eso aseguraron los organizadores que afirman que limpian a conciencia las pistas para que la competición vuelva a la normalidad al día siguiente. Nada más lejos de la realidad. El viernes por la mañana comienzan los verdaderos problemas. Tres chicas se clavan, casi de manera instantánea, unos clavos. Se paran los partidos, se pasan los rastrillos, se reubican en horarios infernales de 14:00 h a 16:00 h de la tarde cuando no está permitido jugar por el tremendo calor, y se reanuda la competición.

Al no hacer más que una mera limpieza superficial, los jugadores sufren las graves consecuencias. Más de veinte participantes —hay que apuntar que el campeonato de España es para todas las categorías a partir de 14 años y tanto masculino como femenino— sufren lesiones por los dichosos objetos cortantes que se incrustan en cualquier parte del cuerpo —una chica sufre una lesión en su rodilla al clavarse un anzuelo—. Árbitros y delegados federativos llegan a juntar varias medias botellas de agua de litro y medio llenas de clavos.

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La Federación quiere quitar hierro al asunto y que se dispute el campeonato a toda costa. A pesar del comunicado en el que aseguran que ellos están tratando de garantizar la integridad de los jugadores, suspendiendo los partidos donde hay cualquier mínimo riesgo y quitándose la responsabilidad de encima culpando del desastre al Ayuntamiento de Almería por el estado de las playas, la realidad es muy diferente.

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La Federación, organizadora del campeonato, presiona a los árbitros y a los distintos equipos para que los partidos se disputen a toda costa —con una limpieza a través de un rastrillo con imán de manera superficial consideran que los campos están aptos—. Sin embargo siguen apareciendo clavos. La Federación, básicamente, exige jugar sin dar la seguridad de que las pistas estén limpias de clavos, poniendo en riesgo la integridad no solo de jugadores, también de los árbitros, a los que machacan si recomiendan no jugar por falta de seguridad. Si un equipo se niega a participar, se arriesga a ser sancionado sin puntos en ese partido por parte del Comité de Competición, un Comité que pertenece a la propia Federación española.

La justificación que pone la organización es surrealista. Culpan a la fiesta de San Juan, celebrada hace más de un mes, de la misteriosa aparición de clavos, anzuelos y cristales. Sin embargo, es muy significativo que en la pista central no aparezca ni un solo clavo y el resto esté minado. Tampoco es normal que la arena de los campos no cumpla los requisitos mínimos de calidad para un torneo de este calibre. Ni el grosor ni la cantidad de la arena son las reglamentarias.

El surrealismo sigue este sábado cuando, además de clavos, aparecen anzuelos y cristales. Alguien está muy empeñado en boicotear el campeonato de España y no tiene reparos en hacerlo de cualquier manera y la Federación deja abandonados a su suerte a los participantes. Surrealismo e ignominia en estado puro.

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